Fue uno de los grandes de la historia del fútbol español. Y un goleador excepcional: de la saga de otros goleadores vascos, como Pichichi, Lángara, Zarra? Formó parte de la primera selección española que se estrenó en los Juegos Olímpicos de Amberes de 1920 con una medalla de plata. Es también uno de los pocos jugadores que ganó la Copa de España (actual Copa del Rey) con tres equipos diferentes: Arenas de Guecho, CF Barcelona y Athletic de Bilbao. La Copa de España se empezó a jugar en mayo de 1902 con motivo de la coronación de Alfonso XIII. En Amberes fue el máximo goleador de aquel equipo nacional que se mitificó como el de la «furia española». Pues bien, un año después, perteneciendo al CF Barcelona, fichó por el Racing Club Langreano de Sama, fundado seis años antes.

Nos estamos refiriendo a Félix Sesúmaga Ugarte (Lejona, 1898-1925). ¿Cómo llegó Sesúmaga, a un club modesto como el Rácing de Sama? Varias circunstancias favorecieron su fichaje. Fue avalado por directivos muy solventes económicamente. Y se daba la circunstancia de que el presidente del Rácing -y director de una sucursal bancaria local- había nacido en el mismo pueblo que Sesúmaga, del que era buen amigo. Su mediación fue decisiva. Además, en Sama se acababa de inaugurar el campo Torre de los Reyes, considerado como uno de los mejores de Asturias Al ser un recinto ya cerrado, el fútbol se convierte en un espectáculo de pago. Estamos en los inicios de una profesionalización que se legalizaría poco tiempo después. Asimismo, en los años veinte, el fútbol experimentó un fuerte impulso como deporte de masas. Algunos analistas aseguraban que España había salido de «su espléndido aislamiento» tras el triunfo de la selección nacional en los Juegos de Amberes.

Sesúmaga fue un autentico revulsivo para el Rácing, que vivió entonces una de las etapas más brillantes de su historia. El delantero internacional ascendió al equipo de categoría, hizo afición, descubrió e incorporó nuevos jugadores y creó escuela. Y bajo su tutela, el Rácing alcanzó un notable relieve a escala nacional. Por aquel tiempo jugaron en el Torre de los Reyes los más destacados equipos y jugadores de España. Se comentaba en la prensa que, para ir al fútbol, llegaban a Sama aficionados de toda la provincia. Y se «llenaban calles, chigres, bares, fondas y casas de huéspedes, concentrándose en el campo miles de personas».

La ficha de Sesúmaga era de 9.000 pesetas, distribuidas en doce mensualidades de 750 pesetas. Y un partido de homenaje que no llegó a celebrarse. Un buen minero podía ganar, como promedio, unas 250 pesetas al mes. Nada que ver con las astronómicas diferencias de ahora. Sesúmaga jugó otras dos veces con la selección española perteneciendo al Rácing. Después de una temporada en el Bilbao, regresó al club langreano, pero pronto cayó gravemente enfermo, muriendo en su tierra natal cuando aún no había cumplido los 27 años.