No corren buenos tiempos para la industria naval, con los astilleros españoles amenazados por las exigencias de la Comisión Europea. En medio de esta crisis, sin embargo, hay unos astilleros que en estos días de agostohan estado a tope de trabajo. La fecha de entrega de sus embarcaciones estaba marcada en el calendario para hoy: el 24 de agosto, el día en el que se celebra en Laviana el XLVI Descenso Folclórico del Nalón, una fiesta en la que este año participan 33 carrozas y más de 1.500 personas.

La nueva organización del Descenso Folclórico se ha marcado, como uno de sus objetivos, intentar recuperar la esencia de esta fiesta, la construcción de carrozas por parte de todos los participantes, desde los mayores hasta los más pequeños. Una de las peñas más clásicas del Descenso es la del Taller de Armandín, que lleva construyendo su carroza desde el año 1994. En este tiempo han hecho prácticamente de todo, desde tipis indios hasta un cuélebre o un cohete de Tintín. Este año, tal y como relatan Armando Díaz, Iván Alonso y Celso González, la carroza se llama «La Juerga Civil», con un gran playmobil agente de la Benemérita, con el que los miembros de la peña pretenden, con sorna, «poner orden en la juerga, que no se puede salir de madre».

Los astilleros más potentes y en los que se ha registrado una actividad más frenética los días previos al Descenso Folclórico se encontraban en el patio del colegio Elena Sánchez Tamargo, donde varias peñas construían sus embarcaciones, que son de las más grandes y reconocibles de toda la fiesta. En la parte derecha del patio, según se mira al edificio principal de la escuela, se encuentra el barco de Peter Pan de la peña LDP (Los del Patio), con la que desfilan cerca de 200 personas. Pelayo Prieto y Adrián García explican que el grupo de amigos que hacían la carroza llevan bajando desde 2004, «cuando participábamos por la Soperina» (el premio para menores de 16 años). A su izquierda se encuentran otros de los clásicos del Descenso, ganadores ya de tres Soperas (premio máximo de la fiesta), la peña Barettini, que lleva bajando el Descenso con este nombre desde el año 2004, siempre con grandes carrozas, desde el cocodrilo de Lacoste hasta Lucky Luke, con el que ganaron el año pasado. En esta ocasión siguen pensando a lo grande, y han realizado de nuevo una compleja embarcación con distintos elementos. «Llevamos una torre de Pisa, un Fiat y a Mortadelo y Filemón». De esta mezcla sale la carroza «Los Barettini: Desde Italia, Mortadelo y Filemón regresan al Nalón». Estos dos personajes ya habían protagonizado, en ediciones anteriores, una de sus carrozas. Alberto García, Diego Giganto y Alejandro Fernández apuntan que, pese a todo el trabajo que da hacer una embarcación de grandes dimensiones, esta acaba siendo la esencia del Descenso, poder llevar «una carroza digna», algo que la nueva organización quiere fomentar.

En los astilleros del colegio se encontraba otra embarcación, en este caso la de la peña Los Carrascales. Ocupaban la parte trasera del patio con su carroza, que evoca a los protagonistas de la película de animación «Monstruos S. A.», tal y como comentan Alejandro Rodríguez y Luis Alegre.

Otra de las peñas clásicas del Descenso Folclórico es la de Los Peores, que llevan bajando con este mismo nombre desde 1998, si bien buena parte de sus componentes ya participaban juntos en la fiesta con anterioridad, desde 1991. Las calles de Pola de Laviana y de Puente d'Arcu y las aguas del Nalón ya han visto como llevaban desde la casa del abuelo de Heidi a un circo o el coche de «Grease». Este año piensan ser los superhéroes que, enfundados en mallas, ayuden a recuperar la esencia de la gran fiesta del concejo. Para ello han reclutado, según cuentan Iván Hevia, Natalia Fernández y Carmen Menéndez a «Regodonman, el superhéroe Chalaneru», una gran piedra de río que contempla la «folixa» desde el reconocible puente sobre el Nalón de Puente d'Arcu.

Los más de 1.500 participantes oficiales del Descenso -registrados con DNI, están acompañados por unas 120 personas que componen su dispositivo de seguridad, entre miembros de Protección Civil, Policía Local, Cruz Roja, el 112 y la Guardia -que no juerga- Civil.