El Descenso Folklórico del Nalón es una juerga de cine y ayer, en su XLVI edición, no se la quiso perder nadie. La ya tradicional cita reunió a 33 embarcaciones, la mayoría caracterizadas como escenarios de taquilleras películas, y contó con más de 1.500 «extras» que se vistieron como protagonistas de superproducciones o personajes animados. Las cámaras las pusieron los miles de curiosos que siguieron el desfile, las luces las puso el sol y la acción la pusieron todas las embarcaciones que, tras el desfile, aún se atrevieron a recorrer por el río Nalón la distancia que separa Puente d´Arcu de La Chalana.

El desfile salió puntual, a las tres y media, desde el barrio Tapia de Pola de Laviana. Abrían la marcha las peñas infantiles y, justo detrás, un pasacalles de éxitos cinematográficos de los últimos años. Los de la peña El Chalanín apostaron por Martin Scorsese, y montaron su propio «Casino» con un lema peculiar: «Ahora que ya no hay carbón, queremos un " Eurovegas" pa´l Nalón». Los componentes de la peña animaron al público a apostar y repartieron fotocopias de billetes de 500 euros. Hay quien no confía en la suerte y prefiere ver películas con mucha acción. Para ese tipo de público, la peña La Guitarra convirtió su embarcación en un local de gangsters dispuestos a ajustar cuentas. Entre los «extras» que no se perdieron el desfile estaban el mismísimo M. A. Barracus, sargento del «Equipo A», junto a Aníbal.

Las calles de Laviana iban de la acción a la animación. La peña LDP (Los Del Patio), veteranos del Descenso, arrancaron el aplauso del público con una embarcación que representaba «El país de Nunca Jamás» de Peter Pan. Los Barettini también impactaron con Mortadelo y Filemón circulando en coche ante la Torre de Pisa. Otras embarcaciones de «El Rey León» y «Monsters S. A.» surcaron el río Nalón en busca de un premio.

Algunos hicieron trampa, porque recorrer las calles siendo un superhéroe es muy fácil. «Super Mario», el personaje de los juegos de Nintendo, se paseó por Laviana a bordo de una embarcación, pero ayer tuvo un duro competidor. «Regodonman», el nuevo superhéroe de La Chalana llegó al desfile de la mano de la peña Los Peores. «Venimos a salvar a las Cuencas de la corrupción», aseguró Milín González, uno de los súbditos de este simpático y poderoso líder del río Nalón.

El trayecto del desfile por tierra, desde Pola de Laviana a Puente d´Arcu, transcurrió sin incidentes y a buen ritmo. Desde las casas lanzaron agua con mangueras y calderos, para combatir el calor y preparar el cuerpo de los romeros antes de entrar al río. Los tripulantes comenzaron a lanzarse al agua a las seis de la tarde; iban a por los premios con prisa. De fondo, una banda sonora que no dejaba de sonar: la música de la charanga «Paentamala» y el incansable «reggaeton» que salía de los altavoces de las embarcaciones.

El Descenso Folklórico del Nalón no entrega los «Oscar», pero sus premios están muy cotizados. La organización premió ayer con la «Sopera», el galardón principal, a la peña Los Barettini por la carroza «Desde Italia, Mortadelo y Filemón regresan al Nalón». El premio infantil, la «Soperina» fue para los niños de Boroñes, por su embarcación «Calcando na tená, salió la pitón enfurruñá». Los premios principales son para las embarcaciones que más gustan al jurado y que llegan en buenas condiciones a La Chalana, tras recorrer un kilómetro del río Nalón. La organización, no obstante, decidió ayer que nadie se fuera a casa con las manos vacías: hubo trofeos para los diez primeros clasificados y el resto de carrozas se llevaron un diploma.

Las embarcaciones llegaron pronto a Puente d´Arcu, pero la entrada al río se produjo a cuentagotas. Miles de romeros esperaban en el entorno para aplaudir a los tripulantes que se atrevían a meterse en el agua, sin miedo al frío ni a las corrientes. Todas las carrozas fueron muy aplaudidas en el momento de la maniobra de entrada al Nalón.

Pero aún tenían mucho camino por delante. En La Chalana, el punto final del recorrido, también había mucho público dispuesto a recibir a las embarcaciones. Una de las que aplaudía era María González, de Gijón, que ayer acudió al Descenso del Nalón por primera vez: «Me está encantando, no me la quiero perder ni otro año», aseguró entre ovación y ovación a los «folixeros» que llegaban surcando el río.

La fiesta del Descenso Folklórico de Laviana es mucho más que una juerga. Es un encuentro en el que todos disfrutan por igual: tanto los asistentes que observan la fiesta desde fuera, como los protagonistas que van dentro del desfile. No es raro ver a un tripulante ofrecer un poco de su bebida al público: «Bébelo, pruébalo que está fresquino», decía ayer Fernando Rodríguez, un habitual de esta romería, a los compañeros que le aplaudían desde la acera. Forma parte del grupo «Los Tensos», cuyos componentes iban disfrazados de las «Tortugas Ninja», una forma de no desentonar en el ambiente cinematográfico del desfile.

Hubo algunos que no se rindieron a los éxitos de taquilla y siguieron con las reivindicaciones en la fiesta. Es el caso de Jorge Núñez, que ayer se vistió de médico con una gran pancarta para criticar los recortes en sanidad pública: «Ni siquiera en las fiestas nos podemos olvidar», explicó este joven que acudió a la fiesta de Laviana desde Alcalá de Henares. Para quitarle las penas, detrás de él iban los componentes de la embarcación «Laviana Shore», que montaron un chiringuito con DJ incluido y los miembros de la peña «Juerga Civil», que se pusieron el tricornio y dejaron la timidez en casa para bailar por las calles de Laviana.

Los más rezagados llegaron a La Chalana pasadas las ocho y media de la tarde, cinco horas después de empezar el desfile. Cinco horas largas, en las que muchos tripulantes tuvieron que unir sus fuerzas para no dejar que las embarcaciones se encallaran. Hoy Laviana podrá descansar. Las luces, las cámaras y la acción del Descenso Folklórico del Nalón estarán apagadas hasta el próximo verano.