La nueva organización del Descenso Folklórico del Nalón ha reforzado la seguridad del desfile y la XLVI edición, celebrada ayer, contó con un amplio dispositivo formado por 120 personas. Guardia Civil, Policía Local de Laviana, Grupo Especial de Actividades Subacuáticas (GEAS) de la Guardia Civil y Protección Civil coordinaron su labor y lograron una edición muy tranquila. Durante el desfile y el descenso del río, tan sólo efectuaron tres intervenciones por heridas leves (torceduras) y una más, sin gravedad, por una bajada de tensión de una espectadora.

El amplio dispositivo de seguridad comenzaba en la rotonda que da acceso a La Chalana, donde una patrulla de la Guardia Civil de Tráfico reguló la entrada al aparcamiento que se habilita durante la fiesta. El paso hacia la carretera que se destina al desfile quedó cortado a mediodía para impedir que los coches interrumpieran el paso de las embarcaciones y los romeros. También hubo regulaciones en el resto del recorrido, en Pola de Laviana y en Puente d´Arcu.

En La Chalana, justo en la mitad del recorrido del desfile del Descenso, se encontraba la base del dispositivo de seguridad. Cinco patrullas de la Guardia Civil, además de dos dotaciones de Protección Civil y equipamiento sanitario, estuvieron disponibles durante todo el evento por si era necesaria su intervención.

Los romeros también estaban protegidos durante el desfile. Más de una veintena de coordinadores de la organización se mezclaron con los romeros, con un llamativo chaleco fluorescente, para evitar altercados y atender las necesidades de los que estaban disfrutando de la fiesta. El único incidente durante el recorrido por tierra se produjo cuando una de las embarcaciones quedó sin una rueda. Los tripulantes de la peña tuvieron que apartarla del desfile mientras que la reparaban, y la fiesta siguió con normalidad.

El descenso por el río también fue tranquilo. Miembros del GEAS de la Guardia Civil, con el traje de buzo y el equipamiento necesario para el rescate, se repartían a lo largo del tramo de río que bajan las carrozas para poder intervenir en caso de que fuera preciso. A la entrada del cauce, había varias patrullas de la Guardia Civil para evitar accidentes por imprudencias. Los agentes estuvieron muy pendientes de los romeros y repitieron en varias ocasiones que en esta edición estaba «prohibido» saltar al río, una práctica que se había realizado sin control otros años. Las fuerzas de seguridad tampoco permitieron entrar en el agua bebiendo.

Un amplio dispositivo que dio un buen resultado y que deja un balance que parece difícil de mejorar, en una edición del Descenso Folklórico del Nalón en el que la nueva organización, formada por la Asociación de Amigos de la fiesta, ha tenido como objetivo recuperar, poco a poco, la esencia de la «folixa» fluvial de Laviana: el buen humor, la diversión, la construcción de buenas embarcaciones, la asturianía y cantar el «Chalaneru» a su paso por el puente de La Chalana.