La implantación de calderas de biomasa con su correspondiente suministro de combustible, la geotermia y la biogasificación de residuos son tres de los pilares sobre los que se asienta la empresa de servicios energéticos de Hunosa. La hullera, empeñada en ampliar sus negocios y que estos días negocia con los sindicatos su plan de futuro hasta 2018, ha entrado de lleno en el mercado de la eficiencia energética con el objetivo de liderar el sector a través de la innovación y sus propios recursos. Así lo destacó Juan Enrique Álvarez Areces, jefe del departamento de Nuevos Desarrollos de la firma estatal.

La puesta en marcha de Hunosa Servicios Energéticos vino de la mano del desarrollo de certificaciones energéticas y auditorías. Primero en el sector público, certificando edificios de la administración, para pasarse después al ámbito privado, donde cerró acuerdos con firmas como HC o Urbaser. Sin embargo, el negocio no se queda ahí, sino que la hullera también ofrece servicios energéticos con el objetivo de que el cliente ahorre en la factura energética. Planes personalizados que, en algunos casos, se llevan a cabo sin que el cliente asuma la inversión inicial, sino que la irá abonando con el ahorro energético, según el contrato cerrado con la hullera. Fruto de estas iniciativas se encuentra el proyecto de climatización con agua de mina del nuevo hospital Álvarez Buylla, "que es la mayor instalación de geotermia de España". Con geotermia también se climatizan el edificio de investigación y la residencia de estudiantes del campus universitario de Mieres.

Más desconocido es el negocio para la sustitución de antiguas calderas de gasóleo o gas por otras de biomasa térmica. Álvarez Areces explicó que "no es una apuesta genérica, nuestra idea es hacernos fuertes en este mercado porque Hunosa tiene recursos propios para el suministro de biomasa". Aquí el jefe de Nuevos Desarrollos explicó que la hullera tiene "678 hectáreas de masa forestal que las que se podrían sacar 9.000 toneladas de biomasa al año". En este caso no se trata de pellet, sino de astillado. Estos recursos propios de la compañía estatal se encuentran situados en los valles mineros, sobre todo entre las cuencas del Caudal y Nalón, donde también se hallan antiguas explotaciones a cielo abierto que han sido reforestadas y donde, además, se está experimentando con cultivos energéticos gracias a un acuerdo con la Universidad de Oviedo y la Escuela Politécnica de Mieres. De este modo, Hunosa ofrece la sustitución de las calderas, el suministro de energía (biomasa) y el mantenimiento de la instalación.

La central eléctrica

El negocio de las calderas de biomasa, tal y como explicó Álvarez Areces durante la celebración del I Seminario Hunosa en la Escuela Técnica Superior de Ingenieros de Minas de Oviedo, es independiente del proyecto de la hullera de construir una central de generación eléctrica a partir de biomasa en el polígono industrial de Reicastro, en Mieres. Esta ambiciosa iniciativa -costará unos 41 millones de euros- está a la espera de que se produzca un cambio en la política energética estatal que favorezca estas energías. Lo mismo ocurre con la hibridación de la central térmica de La Pereda para que pueda consumir biocombustible.

Otra de las estrategias de Hunosa Servicios Energéticos es la biogasificación de aguas residuales. Esto es, transformar el residuo en un gas limpio mediante la gasificación. Este proyecto, como aseguró el jefe de Nuevos Desarrollos, "está menos avanzado que el de las calderas de biomasa". Sin embargo, se trata de una tecnología patentada por la hullera "altamente eficaz y que consigue reducir los tiempos de permanencia de los residuos a gasificar de más de quince días a menos de tres". Este sistema supone un ahorro en la gestión ambiental y también energético. En el primer caso, "se reduce el número de residuos a tratar, así como los costes de operación de las estaciones depuradoras de los residuos". El ahorro energético "se da en calor por el gas producido y la electricidad en caso de utilizar cogeneración".

La dirección de Hunosa y los sindicatos siguieron negociando intensamente ayer domingo sin que de momento se vislumbre un acuerdo sobre el nuevo plan de empresa. El presidenta de la compañía, María Teresa Mallada, participó en una de las mesas, ya que se ha optado por abrir varios marcos de diálogo para analizar por separado los distintos frentes y, de esta manera, evitar que el desacuerdo en un punto frene por completo la negociación. "Estamos trabajando sin prisas, sin mirar el reloj, ya que lo prioritario es lograr un acuerdo de futuro", apuntó Mallada.

Hunosa entiende que los cimientos sobre los que se debe apoyar el nuevo plan de empresa ya están construidos y que ahora falta que los sindicatos den un paso al frente. "El acuerdo pasa por el esfuerzo de todos y tanto Hunosa como la SEPI estamos demostrando que hay una firme intención de plasmar este esfuerzo en una realidad", indicó ayer María Teresa Mallada en referencia a medidas con la creación de una división ambiental que podría evitar los despidos en la empresa.

Hunosa no quiere forzar la negociación y pretende llegar a un acuerdo sin caer en las urgencias. Ahora bien, la dirección confía en que el proceso no se eternice. "Esperamos que se pueda percibir una voluntad de acuerdo por parte de los sindicatos y que ésta, a su vez, se transforme en hechos concretos en el transcurso de los próximos días", matizó la presidenta de la compañía minera.

Las reuniones proseguirán hoy en la que se prevé como una nueva jornada maratoniana. La actividad en los despachos está siendo frenética a raíz de que los sindicatos abriran una "asamblea permanente" en la sede de la empresa, permaneciendo constantemente en las instalaciones.