Señores feudales, nobles, campesinos y artesanos. La localidad allerana de Pelúgano se ha convertido este fin de semana en una aldea de la Edad Media, con motivo de la celebración del tradicional encuentro "Pelúgano Medieval". En esta edición, la organización ha completado el programa con nuevas recreaciones, charlas y coloquios que ayudan a los visitantes a viajar en el tiempo.

A la una de la tarde y bajo un sol de justicia, dos caballeros con pesadas armaduras se preparaban para batirse en un duelo. Los llamados al combate era Don William Muñoz (Guillermo Muñoz) y Sir Paul de Rhiengold (Pablo Alonso), especialistas de la asociación "La Guardia" de Oviedo. El público rodeaba el campo de batalla y los caballeros chocaban sin cesar sus espadas. Finalmente, Sir Paul demostró más pericia y Don William acabó "muerto" tras recibir un espadazo en la garganta.

La representación del combate, que hoy se repetirá a la una y a las seis de la tarde, fue una de las actuaciones más aplaudidas por el público. Antes de salir al campo de batalla, los caballeros explicaron a los asistentes todos los secretos de su armadura. "Nos vestimos de abajo hacia arriba, porque es en el pecho, la cabeza y los brazos donde llevamos una mayor protección para evitar los golpes y los cortes de la espada", señalaron. Un niño del público preguntó en voz alta cuánto pesaban las espadas. "Podían alcanzar los dos kilos. Las que llevamos nosotros pesan un kilo y medio", respondió Sir Paul de Rhiengold.

La elaboración de las armas es la tarea de la que se encarga Juan de la Fuente, un herrero que ayer trabajó sin descanso en la feria de Pelúgano. El resto de artesanos también siguieron con sus tareas después del combate. Paula Álvarez, ataviada con un traje de noble medieval, despachaba en su puesto de broches y pulseras. "Es la primera vez que vengo a la feria de Pelúgano, me gusta mucho el ambiente y estamos teniendo muy buen día", destacó la artesana, de Cabañaquinta.

Junto a ella, Edu Santolaya y Gabriel Lana trabajaban en sus creaciones de cuero bajo el sol. "El trabajo de artesano es duro y no tenemos ni un rato para refrescarnos en la carpa", bromeaban los jóvenes. Los puestos de la feria de Pelúgano se completan con artesanos de madera, tiendas de abalorios y un rincón gastronómico, en el que Andrea Gayo vende sus dulces caseros y miel ecológica.

Las compras empezaron a animarse a primera hora de la tarde, justo cuando el ambiente se impregnó del olor a cordero asado. La organización sirvió más de trescientas raciones y, después de comer, la tarde se completó con la actuación de Anabel Santiago y Vicente Prado "El Pravianu". Por la noche, el dúo Acordes y Berto y su acordeón animaron la verbena.

La feria volverá a abrir sus puertas este mediodía. El programa arrancará con un taller de forja y un coloquio sobre vestimenta medieval. La sesión vermú, en la carpa, estará animada por Berto y su acordeón. A la hora de comer, se servirá una gran paella cocinada al calor de la leña. La feria cerrará sus puertas a las ocho de la tarde. La asociación de vecinos, responsable de la organización, volverá del medievo al presente y tendrá que colgar los trajes, las cotas de malla y las armaduras hasta la próxima edición.