El sacerdote jesuita asturiano y prefecto apostólico de Battambang (Camboya), Kike Figaredo, se ha reunido con la Sociedad Los Humanitarios de San Martín para agradecerles la concesión del galardón "Colmena de Oro" a la Solidaridad. El premio se entregará en unas semanas, pero el misionero no podrá acudir al acto por un problema de agenda. En su nombre lo recogerá un familiar. Es por eso que, hace unos días, hizo una parada en Gijón para encontrarse con los responsables de la entidad. Después retomó su viaje a Roma para acudir a una cita ineludible: una reunión con el Papa Francisco para definir el programa de la Comisión Católica de las Misiones.

Su agenda es muy apretada, pero no ha dudado en hacer un alto en el camino: "Me enorgullece que Los Humanitarios me hayan escogido a mí", destacó ayer, haciendo gala de una gran modestia. El jurado votó por la candidatura de Kike Figaredo por "su búsqueda constante de vías de superación y compromiso con los sectores más desfavorecidos de la sociedad y su implicación en el desarrollo de uno de los países más pobres del planeta".

El currículum del misionero habla por sí solo. Kike Figaredo cursó sus estudios en el colegio de la Inmaculada de Gijón. Después, ingresó en el noviciado de la Compañía de Jesús. Es licenciado en Económicas, Teología y Filosofía. Empezó su andadura profesional en Tailandia y, posteriormente, se trasladó a Camboya. Su actividad es amplia, aunque se ha centrado en la protección y el apoyo a las víctimas de las minas antipersona. En Phnom Penh fundó "La Casa de la Paloma", una escuela que regala sueños a los niños mutilados por explosiones. Además, también desarrolla programas de integración para los adultos.

Han sido muchos años de entrega, pero no quiere que el galardón "Colmena de Oro " a la solidaridad sea solo suyo: "Mi labor no sería posible sin la ayuda del pueblo camboyano y sin los voluntarios que me ayudan. En este momento, precisamente, tenemos con nosotros a dos chicas de Oviedo que trabajan mucho".

El encuentro con Los Humanitarios, en plena escala para acudir a Roma, se alargó durante toda una tarde. La presidenta de la Sociedad, Esperanza del Fueyo, quiso agradecer la atención del misionero y aseguró que "es un honor poder contar con él. Nos asombra como persona y creemos que sería un buen candidato para el Premio Príncipe de Asturias de la Concordia".

De momento, en unas semanas, Kike Figaredo recibirá el premio "Colmena de Oro a la Solidaridad". El religioso define el premio como "un galardón excepcional, porque lo otorga una entidad de gente sencilla que trabaja por los demás". Es la palabra de un misionero que lo da todo por los que no tienen nada.