Luis Baragaño tiene 24 años y fue cabeza de lista de Somos, la marca de Podemos en Langreo. La nueva formación, con los cinco concejales obtenidos el domingo, tiene la clave para gobernar el municipio, donde PSOE e IU lograron seis ediles cada uno. Hoy -a las 19.30, en la Casa de Cultura de Sama- celebrará una asamblea para determinar la hoja de ruta a seguir. Baragaño se formó como electricista y llegó a trabajar en este campo antes de quedar en paro. Actualmente estudia el grado de Trabajo Social, un camino elegido como consecuencia de sus inquietudes sociales. Sin militancia previa en ningún partido político, participó activamente en el movimiento 15-M en el Nalón.
-Somos se postula como llave para formar gobierno en Langreo.
-No queremos ponernos en ese punto hasta que no hablemos con la gente. De momento no tuvimos ningún tipo de conversación y vamos a tomarnos las cosas con calma a la hora de tomar decisiones trascendentes. Es cierto que estamos muy satisfechos con los resultados. La gente trabajó mucho en campaña y la prueba de ello es que ganamos en zonas como Lada, Barros y algunas mesas de La Felguera.
-Tras las elecciones
-Desde el principio lo que promovimos en campaña fue un cambio político en el municipio y entendemos que pasa por dar un vuelco a la situación que había. De todas formas, cualquier tipo de camino a seguir será el que decida la gente en la asamblea.
-Si en la asamblea se acuerda pactar con el PSOE, ¿se asumiría esa opción?
-Teniendo en cuenta la naturaleza de la agrupación dudo que surja esa posibilidad, pero si se da esa situación sería un escenario que habría que valorar.
-La alternativa sería un acuerdo con IU, ¿ve factible esa alianza?
-Lo que veo claro es que el domingo, en las urnas, la gente voto cambio y le dio una oportunidad a la ilusión y al futuro. Sí que veo un cambio político en el municipio. Lo que no puedo es adelantar las decisiones que va a tomar la asamblea y que marcarán la línea política que nosotros sigamos.
-¿Son partidarios de entrar en un gobierno de coalición o de acuerdos puntuales?, ¿llevarán alguna propuesta concreta a la asamblea en ese sentido?
-Nosotros no vamos a condicionar la asamblea sobre los caminos a seguir. Ni sobre la línea estratégica ni sobre hipotéticos pactos de gobierno. Preguntaremos en la asamblea, a cara descubierta, lo que la gente opina. Vamos a presentar los resultados que obtuvimos y, a partir de ahí, la gente decidirá.
-¿Cuáles son las líneas rojas de Somos, las condiciones irrenunciables para pactar?
-Para nosotros es importante un código ético, que asumimos al presentarnos y habría que ampliar a la gente que participase con nosotros. La líneas principales tendrían que ser coherentes con el cambio que proponemos, con la participación ciudadana y la transparencia. Pero de todas formas las decisiones las tomará la asamblea.
-¿Quién tendrá cabida en esa asamblea?
-Nuestras asambleas son abiertas a la participación de toda la ciudadanía. La gente es mayor de edad y sabe tomar las decisiones responsablemente. No pedimos ningún carné a la entrada. Todo el mundo puede participar.
-¿La decisión se adoptará por mayoría simple?
-No nos gusta mucho el sistema de votación. Intentamos llegar a una decisión consensuada. La inteligencia colectiva es mucho más constructiva que las mayorías simples. Si hubiese posiciones muy enfrentadas quizá recurriremos a la votación, pero en primer lugar buscaremos una postura consensuada. La gente decidirá si hay pacto, con quién y las condiciones.
-¿Influirá Podemos en la postura que se adopte?
-Podemos ya desvinculó la negociaciones locales de su forma de funcionamiento y nosotros vamos a pactar con la gente. No hay ninguna consigna ni la va a haber.
-¿Qué servicios hay que potenciar en el Ayuntamiento?
-Tenemos claro que una de las prioridades es la política social. Las emergencias sociales son claves. Salvar a toda esa gente que se encuentra en la exclusión. También son importantes las políticas de empleo, la transparencia y ampliar los canales participativos incluyendo la posibilidad de consultas vinculantes a la hora de tomar decisiones sobre grandes obras o los presupuestos.
