De nada han servido las críticas del presidente de Castilla y León hacia la política minera del ministro de Industria, secundadas después por la presidenta del PP asturiano. Un día después de que Juan Vicente Herrera calificara de "arrogante e insensible" a José Manuel Soria, éste volvió a enrocarse en el Congreso al hablar del futuro del carbón. Tampoco le hizo mella que el diputado socialista asturiano, Antonio Trevín, volviese a mostrar una lámpara de minero para decirle "que es un mal Ministro, aunque no peor que el resto de sus compañeros del Consejo de Ministros, que quiere acabar con el carbón español y que así, lámparas como ésta, queden recluidas exclusivamente en los museos".

Soria, impertérrito, se limitó a recitar el discurso oficial del Gobierno en las últimas semanas en referencia a la situación límite que vive el sector minero español: "El problema del carbón nacional es un problema económico, de precios, que son más altos que el de importación y no podemos obligar a las eléctricas a comprar carbón autóctono". El Ministro aseguró que "lo único que podemos hacer es un mecanismo, como el que hemos elaborado, que procura ayudas medioambientales para las térmicas que compren y quemen carbón autóctono. Mecanismo que esperemos que aprueben la Comisión Nacional de la Competencia y las autoridades de Bruselas y no sea considerado una ayuda de estado y que prevé el consumo de casi seis millones de toneladas de carbón al año".

Trevín afirmó que dicho mecanismo "no servirá para nada" y exigió al Ejecutivo que "exima del céntimo verde al carbón español y así su precio se equiparará al de importación". El diputado socialista, antes de mostrar al Ministro y al resto del hemiciclo la lámpara de minero, y calificar de "nefasta y liquidacionista" la política carbonera de Industria", le acusó de "haber llevado a la mayoría de las empresas a estar en concurso de acreedores y aplicando expedientes de regulación de empleo". Y lanzó un alegato a favor del carbón autóctono, "que es necesario porque nos proporciona seguridad de abastecimiento, es el único combustible fósil del que disponemos, y tiene una gran importancia socioeconómica en las cuencas mineras de Asturias y León".

Soria, que fue acusado el lunes por el todavía presidente de Castilla y León, Juan Vicente Herrera, de "prepotente y arrogante" con el carbón, se mostró impasible. Se limitó a recordar que el real decreto que primaba la generación eléctrica con carbón nacional es "improrrogable desde el 31 de diciembre del pasado año". Y que bajo esta normativa, en 2014 apenas se quemaron 3,2 millones de toneladas. Sin embargo, apuntó, con la orden ministerial que prepara el PP "se quemarán más de 6 millones".

Agregó el Ministro que los sucesivos planes de ajuste que ha sufrido el sector desde 1992, y tras una inversión de 22.000 millones, han llevado a la minería a pasar de los 40.000 trabajadores y 28 millones de toneladas a 4.000 y 6 millones de toneladas". El problema, respondió Soria a Trevín, "no es que este Gobierno tenga más o menos voluntad, que la tiene absolutamente toda, es que nuestra política con el carbón debe de ceñirse a la legislación comunitaria, que no permite ayudas de Estado. Y me imagino que no querrá usted, señor Trevín, que no la cumplamos", finalizó.