Los promotores de la reapertura de minas de carbón coquizable en las Cuencas no están preocupados, de momento, por la caída del precio del mineral. La venta de una explotación de carbón siderúrgico en Australia por un dólar es una mera anécdota para los empresarios de la región, que siguen adelante en su empeño de reabrir antiguos yacimientos. La explotación más próxima a la vuelta a la actividad es la mina Julita, ubicada en el alto de La Cobertoria (Lena) y con importantes reservas de mineral en sus entrañas.

José Antonio Iglesias es uno de los empresarios de la sociedad Coto Minero de Lena. La firma es la impulsora de la vuelta a la actividad de mina Julita, una explotación parada desde 1990 y tan sólo pendiente de una licencia municipal para la vuelta al tajo. Según el empresario, "cuando empezamos la tramitación el precio del coque era mucho más alto".

Era el año 2010 y el precio de este tipo de carbón, con bajos contenidos en azufre y fósforo y por tanto apto para su transformación en coque para la industria siderúrgica, estaba por los aires. Iglesias afirmó que entonces rondaba los trescientos euros por tonelada. En este momento, según los datos manejados por Coto Minero de Lena, "el precio está en unos noventa dólares por tonelada".

Una bajada importante pero que, con el plan de la empresa en la mano, aún resulta rentable para los encargados de reabrir mina Julita. "Nuestro plan de empresa dicta que la extracción de este carbón será siempre rentable mientras esté por encima de los sesenta dólares por tonelada", señaló ayer.

Así están las cosas en Asturias pero, en el extranjero, la caída del precio del coque empieza a causar estragos. Varios medios especializados publicaron hace unos días una noticia casi increíble: una explotación australiana de coque acaba de venderse al precio de un dólar.

El yacimiento se había puesto en marcha en 2008, de la mano de dos empresas: la brasileña Vale S.A. y la japonesa Sumitono Corp. Era uno de los proyectos más ambiciosos del sector extractivo en el país, ya que el yacimiento contaba con treinta millones de toneladas de carbón. En 2014, tan sólo ocho años después de su puesta en marcha, cesó la actividad en sus entrañas. La caída de la mina ha sido estrepitosa. Tanto, que se ha escuchado en todo el mundo y medios internacionales se han hecho eco de la noticia. Los empresarios asturianos, de momento, siguen tranquilos.