Mitad Historia, mitad leyenda. Dicen que la fiesta del Carmín nació a principios del siglo pasado, cuando un grupo de jóvenes que volvían de la romería del Carmen de El Pino se pasaron la noche cantando a los pies de un hórreo. Hicieron de la anécdota una fiesta tradicional, que conserva las tradiciones y que cuenta con una gran implicación de los jóvenes. Ellos son los que pasean a la patrona, los que organizan buena parte del programa y los que se desvelan durante semanas para que todo esté en su sitio. La localidad volvió ayer a disfrutar de un día dedicado a la patrona y una noche con jolgorio en toda regla.

La romería del Carmín de Felechosa se celebra todos los lunes posteriores a la fiesta de El Pino. El programa arrancó ayer por la mañana, con un pasacalles a cargo de la banda El Gumial. A mediodía se celebró la misa y una multitudinaria procesión de la patrona. El paso, como manda la tradición, salió del barrio de El Curriecho para continuar por la carretera general Mediavilla. Pasó por Barrio Cima y terminó en la ermita de La Antigua.

Con el término del oficio religioso llegó la puya del ramu, a cargo de Juan Andrés Bonilla. Entre comentarios y buen humor, consiguió buenos precios para los bollos de pan de escanda. La comida del Carmín de Felechosa se celebra siempre en familia. Es el momento de reunirse, disfrutar de un buen menú y terminar siempre con el panchón: un postre típico allerano elaborado con pan de escanda, azúcar y mantequilla. Antes de sentarse a la mesa, los vecinos de localidad disfrutaron de una sesión vermú y los juegos infantiles organizados en el parque de la finca del Palacio.

La tarde fue para el deporte. El doble campeón de Europa y campeón del mundo de Bike Trial, Javi Alonso, ofreció una exhibición que dejó al público sorprendido. A las diez y media hubo un festival de música asturiana. Sobre el escenario, animaron la jornada Anabel Santiago, Marisa Valle Roso, Avelino Fernández Corte y Pablo Carrera.

La noche es el momento en el que los jóvenes dejan de lado sus obligaciones de organización y disfrutan un poco de la música y el baile. La verbena arrancó a medianoche y estuvo amenizada por "Beatriz y su acordeón" y la orquesta "Tekila". A altas horas de la madrugada, los vecinos tuvieron que dar el desayuno a los últimos romeros. Así lo manda la tradición, que los jóvenes vayan de casa en casa por Felechosa para conseguir el panchón que sobró de la comida.