La inestabilidad de algunas de las laderas que flanquean la calzada de la Autovía Minera (la AS-I, autopista que conecta Mieres y Gijón) ha provocado que los desprendimientos de rocas y tierras y el consiguiente corte parcial de carriles para repararlos se haya convertido en una estampa frecuente en esta carretera. La AS-I, en servicio desde hace doce años, acumula un importante número de argayos. Los últimos se han producido a la altura de Siero, en la calzada en sentido Mieres, y requerirán un desembolso de casi medio millón de euros para ser arreglados.

En concreto, las tareas fueron adjudicadas a la empresa Oca Construcciones y Proyectos S.A., por un importe de 415.916,80 euros, con el IVA incluido, y un plazo de ejecución de siete meses. Comenzaron el pasado 2 de octubre, por lo que la previsión es que las obras estén completadas en mayo. "Los trabajos tienen por objeto actuar sobre una serie de inestabilidades de ladera que han afectado a la autovía AS-I en diferentes puntos", indicaron responsables de la Consejería de Infraestructuras, que también detallaron las zonas en las que se están centrando los esfuerzos: "En la zona del viaducto de la Riega se está trabajando en la estabilización del talud, mejorando el drenaje de su margen derecha y conteniendo el mismo. En lo que respecta al emboquille del túnel de Picaplana, ha finalizado ya la construcción de la escollera de contención prevista en el proyecto, para continuar con el tratamiento de la zona del talud más afectada por la erosión, mediante la ejecución de varias zanjas drenantes y tramos de cuneta". En el plan de obra también está previsto intervenir en el punto kilométrico 13,200, en el que se ha construido "una escollera de pie de unos 100 metros de longitud y 3 de altura media, a partir de la cual se procederá al tratamiento del talud afectado por el deslizamiento del terreno", apuntaron desde el Gobierno regional.

No son los únicos argayos que han afectado a la Autovía Minera en los últimos meses. En junio el Principado terminó de reparar un desprendimiento de tierra en las inmediaciones del túnel de San Tirso, tras cinco meses de trabajos. Tras limpiar la tierra que había caído sobre la vía se procedió a la fijación del talud para evitar nuevos desprendimientos.

La incidencia se había producido a finales de enero, cuando los temporales de nieve, agua y viento que vivió la región provocaron una ola de argayos por toda Asturias. El desprendimiento se produjo en sentido Gijón y obligó a cortar un carril. El argayo más grave en la AS-I se produjo en el túnel de La Zorera, entre Siero y Langreo. Un desprendimiento de tierra y rocas ocurrido en noviembre de 2008 mantuvo inutilizado parcialmente el túnel en sentido a Gijón durante un año, obligando a ejecutar importantes obras de reparación que contaron con un presupuesto superior a los 1,6 millones de euros.La zona del túnel de Picaplana también ha sufrido importantes incidencias. Este tramo de la carretera tuvo carril cerrado al tráfico durante casi diez meses durante los años 2006 y 2007. A principios de 2010, la Infraestructuras decretó el cierre de uno de los tubos después de que se detectase un proceso de desestabilización en el talud de la boca Norte, en el punto kilométrico 21,4, en el sentido de la circulación de Mieres a Gijón.