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Otro empresario asturiano se interesa por la Vasco Leonesa

Pedro Román López, dueño de Minarsa, apuesta por los grupos de interior de la hullera y por mantener a 186 mineros

El pozo Aurelio, uno de los grupos de interior de la Vasco. FERNANDO GEIJO

La Hullera Vasco Leonesa se ha convertido en un gran atractivo para todos los empresarios del sector del carbón, entre ellos, los asturianos. Y es que al firme interés anunciado por la Unión Minera Asturiana, para hacerse con los grupos de interior de la Vasco Leonesa, otro empresario del Principado ha mostrado su disposición para asumir estas explotaciones. Se trata de Pedro Román López, propietario de Minarsa (Minas y Antracitas del Narcea), que ya ha mantenido contactos con el comité de empresa para transmitirles su intención de pujar por hacerse con la concesión de la compañía leonesa.

El empresario asturiano explicó ante el comité de la Hullera Vasco Leonesa, con el que se reunió hace unos días, que el proyecto inicial que baraja pasa por mantener los 186 puestos de trabajo de la plantilla de interior que quedarían en la empresa después de que se llevaran a cabo las prejubilaciones previstas en 2016 -tanto las regulares como las de los mineros que se acogieron a la prejubilación anticipada-. Los planes de Román López incluyen también una visita a las instalaciones de la compañía para analizar con más detalle tanto los sistemas de explotación como las opciones que podrían influir en una hipotética puesta en marcha de la actividad si adquiriese él las concesiones.

En el encuentro, los portavoces del comité instaron al empresario a contactar con las empresas eléctricas para comprobar la disposición de las mismas a cerrar contratos de suministro los suficientemente importantes como para garantizar la viabilidad del proyecto.

Pedro Román López, propietario de la empresa Minas y Antracitas del Narcea, Minarsa, ha participado en los últimos procesos para adquirir minas que han atravesado por fases de liquidación. Así, intentó, sin éxito, la compra del Grupo Alto Bierzo, que finalmente fue adjudicado a José Simón Campazas. También pujó por los bienes de la antigua Carbones San Isidro y María. Anteriormente, había intentando hacerse con el control de Coto Minero Cantábrico, antigua empresa de Victorino Alonso, que hoy opera la compañía Minera Astur-Leonesa.

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