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Los desprendimientos de piedras ponen en peligro el tráfico por la vieja carretera N-630

El ayuntamiento de Morcín reclama la iluminación de los túneles y vallas metálicas de contención en las laderas

Vehículos circulando por la N-630, a su paso por Baíña. J. R. SILVEIRA

Circular por la carretera N-630, a su paso por el concejo de Morcín, puede convertirse en una actividad de alto riesgo. Desprendimientos de piedras sobre la calzada, túneles sin iluminación y escasa señalización son algunas de las desagradables sorpresas que descubren a diario los conductores que transitan por la vía. El gobierno de Morcín, tras recoger las quejas de vecinos y visitantes, exige al Ministerio de Fomento que ejecute una serie de obras para mejorar la seguridad en el acceso.

El alcalde del concejo, Jesús Álvarez Barbao (PSOE), ya ha enviado varios escritos a la Demarcación de Carreteras para reclamar las actuaciones. "Consideramos imprescindible la electrificación de los túneles para dotarlos de iluminación", señaló el regidor. Esta propuesta lleva ya varios años sobre la mesa y busca dar respuesta a una antigua reclamación de los cicloturistas que circulan por la carretera. Un colectivo que ha ido aumentando año tras año, al ser la N-630 paso obligatorio para acceder a L'Angliru desde Mieres y Oviedo.

Los cicloturistas, y también los vehículos, se ven amenazados a diario en la carretera por los desprendimientos de piedras. La zona de Morcín es la más complicada, al discurrir la carretera en paralelo a una abrupta ladera. Hay algunos sistemas de protección, como una valla metálica para la contención de la ladera, pero no es suficiente: "Consideramos que es necesaria una actuación más seria y que permita eliminar por completo este peligro de la calzada".

Los problemas aumentan con las precipitaciones y, durante las últimas semanas, ha sido necesario señalizar y regular el tráfico en algunos puntos para evitar que los coches se vean afectados por los desprendimientos. Los operarios de Carreteras colocaron ayer una señal de alerta por peligro de desprendimientos de rocas en la carretera, a su paso por el polígono de Baíña.

La señalización de obra es una constante, pero las indicaciones horizontales y verticales de la calzada no contentan a los conductores. Según Barbao, "actualmente no existe ninguna indicación para alertar del alto número de cicloturistas que transitan por esta carretera". Una deficiencia que, unida a la falta de iluminación en los túneles, podría tener un desenlace fatal.

El Ayuntamiento de Morcín no está solo en sus reclamaciones. Asociaciones de cicloturistas de Asturias, han hecho llegar su propuesta de mejora de la carretera a la Delegación del Gobierno. La última respuesta del Ejecutivo fue que la situación actual de la economía no permitía hacer frente a las actuaciones. Esperan que los responsables de Fomento recapaciten porque, según Barbao, "la seguridad tiene que estar por encima de todo".

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