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Bustiello, un "bien" de doble filo

Los vecinos del poblado mierense valoran el impulso turístico que tendría la declaración de interés cultural, pero temen las restricciones que acarrearía

Carmen Kuntz, vecina del poblado de Bustiello. FERNANDO GEIJO

Los vecinos del poblado minero de Bustiello, en Mieres, creen que la declaración del pueblo como bien de interés cultural (BIC) puede ser un arma de doble filo. Por un lado, valoran de forma positiva el impulso turístico de este enclave, ejemplo de paternalismo industrial. Por el otro, dan cuenta de las dificultades que podría acarrear esta declaración a la hora de hacer reformas en sus históricas y antiguas viviendas. Un problema con el que ya conviven, debido a que el poblado está protegido por Patrimonio, y que podría acrecentarse ahora.

Actualmente, conviven en Bustiello unas veinte personas -la mayoría de avanzada edad-, aunque este número se duplica en los meses de verano cuando llegan los parientes que emigraron. Casi todos han pasado la mayor parte de su vida en el poblado y aseguran que "se vive muy bien", como apunta Carmen Kuntz. Esta mujer llegó a este entorno con cinco años y hoy, a los 83, no tiene ninguna intención de irse. "Lo de las reformas es lo que peor llevamos, muchos hicieron modificaciones en las casas años atrás, pero de un tiempo a esta parte se hizo imposible", explica. Actualmente, los vecinos sí pueden hacer obras en el interior de las viviendas, pero no pueden tocar nada del exterior, ni siquiera dentro de su parcela. "A ver qué pasa con la declaración como bien de interés cultural, espero que sea para provecho del pueblo, pero que no nos pongan más impedimentos porque al final se acabarán cayendo las viviendas", subrayó. Una opinión que también comparte Francisca Martínez, de 57 años y residente en Bustiello desde los doce. "No nos dejan hacer nada en las casas, y seguro que a partir de que se declare como BIC, mucho menos", destaca. Y relata algunos de los problemas que ha tenido en el pasado a la hora de hacer obras: "Pides un permiso para obras, pero la mayoría te llega denegados, sólo te dejan hacer labores de pintura. Intenté arreglar una cochera que tenía una uralita, solicité y pagué el permiso, pero me lo denegaron y tampoco me devolvieron el dinero, es imposible". Martínez espera que, al menos, la declaración "anime al turismo en el pueblo y le dé un poco de vida".

No es la primera vez que se genera polémica por la protección de Bustiello. Ya ocurrió hace unos años cuando el Ayuntamiento de Mieres decidió cambiar el empedrado original de la barriada. En este aspecto, los vecinos se mostraron divididos entre los que defendían un nuevo firme que facilitaba la accesibilidad al pueblo, frente a los que apoyaban que se mantuviese el antiguo. Las obras fueron denunciadas por la asociación cultural y minera "Santa Bárbara", que defendía la conservación del poblado; mientras que la asociación "Cruz de Mayo", que también engloba a Bustiello, daba cuenta de las "ventajas" del nuevo empedrado, que trataba de mantener la esencia del poblado, aunque no fuese el canto rodado original.

En cuanto a la tramitación de la declaración como bien de interés cultural para el pueblo, tan sólo se ha dado un primer paso para la obtención de esta figura de protección, cuyo plazo máximo para su obtención está fijado en dos años. Habrá que conocer en detalle cuáles son los derechos que tendrán los residentes, así como sus obligaciones, ya que se trata de un caso especial.

También habrá que conocer cómo afecta esta protección al valor de las viviendas y a su posible venta de cara al futuro. Un hecho al que también hizo referencia Francisca Martínez, declarando que "quién te va a comprar una casa en la que sabes de antemano que no puedes hacer ninguna reforma". Un problema que, dentro del concejo de Mieres, no sólo afecta a Bustiello, sino que también llega a otras localidades del concejo en las que se encuentran viviendas con algún tipo de protección.

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