La tarea de encontrar un puesto de trabajo no es, en la actualidad, nada sencilla. Más cuando eres joven y sin experiencia, y las oportunidades se reducen a la mínima expresión. Esta situación es a la que se enfrentaron Rocío García y Sara Fernández, ambas de 24 años, que optaron al plan de garantía juvenil para conseguir su primer empleo. Las dos explicaron ayer su caso durante las jornadas de trabajo "Garantía juvenil... también para la empresa", que organizaba el Ayuntamiento de Mieres. Un seminario en el que se pretendía que el empresariado conociese este programa, así como otras entidades y centros formativos que también se pueden beneficiar.

Rocío García es mierense y estudió Ingeniería Forestal en la Escuela Politécnica de Mieres, titulación que terminó en julio de 2013. Desde entonces, "me tiré como un año y medio en el paro buscando trabajo, presentándome a lo que salía, incluso a prácticas no laborales a muchos kilómetros de aquí, hasta que salió la oportunidad de trabajar en Mieres". Esta joven descubrió que el Ayuntamiento ofertaba una plaza de técnico de Medio Ambiente en prácticas, pero desconocía qué era la garantía juvenil. "Me enteré cuando estaba leyendo las bases de la plaza, vi que era un requisito, pero no tenía ni idea de lo que era, y estoy convencida de que muchos como yo tampoco lo saben ahora", destacó. Sin embargo, el trámite fue tan sencillo como inscribirme en el programa en las oficinas de Mieres. Después llegó el proceso de selección y consiguió un contrato de un año en régimen de prácticas.

"Fue muy buena experiencia, además, siempre tenía un tutor que me ayudaba, con lo que te quitaba cierta responsabilidad de que pudiera estar haciendo mal mi trabajo", señaló. Su contrato se terminó en diciembre y, en la actualidad, está de nuevo a la búsqueda de trabajo. "Por lo menos ya tengo esa experiencia inicial, y estoy convencida de que no tardaré mucho en encontrar un puesto de empleo", subrayó.

El asunto de la experiencia laboral fue, sin duda, lo que más ayudó a la avilesina Sara Fernández para optar por la garantía juvenil. "Por el dinero no lo haces, mira mi caso, que cada día me recorro en coche ochenta kilómetros para acudir al puesto de trabajo por 600 euros", apuntó.

Su historia es similar a la de Rocío Fernández. En su caso, estudió Educación Social, carrera que terminó hace dos años. Su carácter inquieto le hizo comenzar otros estudios, en este caso Agricultura Ecológica, que terminó hace un año. "Hice prácticas en los talleres de empleo de agricultura ecológica y fue allí donde conocí tanto la garantía juvenil como la inserción sociolaboral, acabando finalmente en el Ayuntamiento de Mieres, en el área de Salud y Drogodependencias", explicó.

En su opinión, la garantía juvenil "es una gran desconocida, por el nombre parece que es una ayuda, pero no, es una oportunidad de tener una experiencia laboral de un año, que es lo que te piden cuando sales al mercado laboral, parece que es la única forma que existe hoy en día para trabajar".

Su contrato en el Ayuntamiento de Mieres comenzó a finales de noviembre del año pasado, así que aún le queda tiempo para pensar qué hacer cuando acabe. "No sé qué haré cuando termine todo esto, igual vuelvo a estudiar y hago un máster, mi idea es ahorrar todo lo que pueda durante estos meses", señaló, destacando que "sí que es una pena que parece que las oportunidades vienen ligadas al dinero y no a la situación real de cada persona, porque no todo el mundo puede acceder tampoco a una formación".

Aunque tanto Rocío García como Sara Fernández consideraron ayer que sus experiencias habían sido "buenas", también tenían algunas quejas. Una de ellas es que no se tuviese en cuenta la distancia del domicilio, relacionada sobre todo con la cuantía que se asigna a los contratos de garantía juvenil. Otra más, como destacó Fernández, son las "limitaciones" del programa. "Te encuentras a veces con situaciones difíciles, porque por un lado te ofrecen formación y por el otro trabajo, pero si optas por la primera te sacan del programa y es una dura decisión, deberían diferenciar ambos conceptos", remarcó.

Sus propuestas fueron escuchadas por algunos de los que gestionan este tipo de programas, que también acudieron a las jornadas que había organizado el Ayuntamiento de Mieres en la Casa de Cultura, donde sí hicieron hincapié en la necesidad de llegar a más empresas.