La Nueva España

La Nueva España

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Detenido un ovetense por robar 900 metros de tubos de fundición en el concejo de Morcín

El material, valorado en 80.000 euros, llevaba años almacenado en una finca y fue cargado en tráileres para venderlo a una chatarrería de Santander

La parcela en la que estaban almacenadas las tuberías robadas. J. R. SILVEIRA

La Guardia Civil ha detenido a un vecino de Oviedo, con vínculos familiares en Morcín, por el robo de cerca de 150 tuberías de fundición -de alta presión- cuyo destino era integrar una nueva red de abastecimiento desde el embalse de los Alfilorios hasta el polígono industrial de Argame. El acusado se hizo pasar por el propietario del material, valorado en unos 80.000 euros, y lo vendió a una chatarrería de Santander. La empresa, a través de una firmar de transporte asturiana, se personó en Morcín para recoger las voluminosas conducciones. Hasta tres trailers fueron necesarios para mover la pesada mercancía. Fue el propio alcalde del concejo, Jesús Álvarez Barbao, quien alertó a la entidad pública Sepes de los que estaba sucediendo. Como propietaria, Sepes presentó la pertinente denuncia y la Guardia Civil consiguió finalmente esclarecer insólito robo.

Unos 150 voluminosos tubos, de seis metros de longitud cada uno y preparados para soportar altas presiones, fueron robados a plena luz del día y trasladados en camión desde Morcín a Santander sin que nadie lo evitara. Lo rocambolesco del caso empieza por la explicación de la presencia del material en las inmediaciones del embalse de los Alfilorios. En su momento, Sepes adjudicó la obra de construcción de una nueva conducción de agua para dar servicio al depósito del polígono de Argame. La empresa contratada quebró antes del inicio de los trabajos, quedando el proyecto en suspenso. Para entonces ya se había adquirido la canalización, que fue almacenada en las inmediaciones del área recreativa que se encuentra junto al pantano. Allí, en suelo público y sin ningún tipo de medida de seguridad, ha permanecido durante años: "El proceso de readjudicación se ha dilatado varios años en el tiempo y las tuberías nunca fueron retiradas", señaló ayer Álvarez Barbao. Así, los tubos se convirtieron en parte del paisaje. La vegetación fue creciendo a su alrededor, generando una imagen de abandono. Hasta que a un vecino de Oviedo con lazos familiares en la zona se le encendió una bombilla. Simuló ser el propietario del material abandonado en el área recreativa de los Alfilorios y se lo ofreció a una chatarrería de Santander. La operación se cerró y hace unos días apareció en la zona una gran trailer para cargar la mercancía. Casualmente el alcalde se enteró y se desplazó al embalse. Allí se encontró con un vecino del lugar que había sido contratado para las labores de carga. Éste le comentó al regidor que todo estaba en regla y que estaban trabajando para una empresa de Santander. Álvarez Barbao aceptó inicialmente la explicación, pero la desconfianza se terminó apoderando de él. "Decidí llamar a Sepes para preguntarles el motivo por el que había vendido un material que, en principio, estaba pendiente de ser colocado para abrir la nueva canalización". Desde la empresa estatal le contestaron que desconocían la operación y, de inmediato, abrieron una investigación, confirmando las sospechas del alcalde: se trataba de un robo cometido con total impunidad.

La denuncia

A partir de ese momento Sepes puso los hechos en conocimientos de la Guardia Civil, con el inicio de las correspondientes pesquisas. Los agentes siguieron la pista de los tubos hasta Santander para, finalmente, dar con el presunto autor del robo, procediendo a su detención. "Todo ha sido un tanto sorprendente y hay que felicitar a la Guardia Civil de Riosa por el buen trabajo realizado", remarcó ayer el regidor morciniego, Álvarez Barbao.

Vecinos del entorno del embalse de los Alfilorios explicaron que la "dejadez" de Sepes facilitó la actuación del detenido: "Los tubos llevaban varios años junto al área recreativa, y la maleza ya los estaba empezando a tapar, por lo que es cierto que parecía mercancía para chatarra", explicó uno de los residentes. Aún así, se trataba de material de gran valor, ya que las tuberías estaban reforzadas para aguantar la presión del agua en la caída desde el embalse hasta el polígono de Argame. No vano, estaban valorados en 80.000 euros. La canalización tenía una longitud de 900 metros.

Compartir el artículo

stats