El ganadero acusado de obligar a despeñarse a dos potros que deambulaban por la "Y" de Bimenes, a la altura de San Martín del Rey Aurelio, negó ayer haber provocado de forma deliberada la caída de los animales por un talud y aseguró que el incidente se produjo cuando trataba el "echar el lazo" a uno de los caballos para prestar ayuda a los agentes de la Policía Local, "como hice muchas veces". M. M. F. se enfrenta a una pena de diez meses de prisión como presunto autor de un delito de maltrato animal.

El suceso tuvo lugar el 30 de enero de 2015, a la altura del kilómetro 1 de la AS-119 (El Entrego-Lieres). Una patrulla de la Policía Local había acudido a la zona alertada por la presencia de dos potros que deambulaban por la vía y que podían suponer un peligro para el tráfico. Con la ayuda de un trabajador de una empresa de gas que circulaba por la zona los agentes lograron retener a los animales en una zona verde anexa a la calzada. En ese momento, llegó M. M. F., requerido por los agentes, que según la fiscalía condujo a los animales a un espacio libre de vallado por el que los obligó a precipitarse.

Como consecuencia de la caída uno de los potros se produjo daños medulares irreversibles y tuvo que ser sacrificado. El otro animal, una yegua, logró salvarse tras saltar, aunque quedó coja de los cuartos traseros. Ninguno de ellos tenía microchip y no se pudo identificar a sus propietarios.

En su relato de los hechos, el acusado afirmó que acudió al lugar llamado por la Policía Local. "Fui a ayudar, como hice muchas veces. Intenté echar el lazo a los potros, traté de cogerlos para evitar un accidente. No los azucé ni los empujé; intenté coger al grande, saltó y el pequeño fue detrás", aseguró el ganadero, que añadió que "se veía que los caballos estaban totalmente incontrolados. Me llamaron porque no podían controlarlos".

Uno de los agentes aseguró que el hombre "enfocó" a los potros hacia el precipicio: "Se hizo cargo de la situación, pero de mala manera". Su compañero también declaró que el acusado "acercó" a los caballos hacia el talud, aunque aseguró en su relato que había un tercer animal.

El fiscal, Fernando Laserna, que mantuvo la petición de diez meses de cárcel, señaló que los potros se encontraban en una zona verde acotada por el guardarraíl y que su instinto no los hizo saltar por el talud. Luis Tuero, abogado de la defensa, argumentó, por su parte, que no concurre el delito de maltrato de animal doméstico porque los potros estaban "asilvestrados" y se despeñaron por su carácter "indomable". También indicó que su cliente acudió a la zona para "ayudar, como había hecho en otras ocasiones" y a intentar "recoger a los potros" porque los agentes desplazados al lugar no lo habían conseguido.