Las deudas de la Sociedad de Festejos "Santiago" de Sama, en proceso concursal, cuadruplican el patrimonio de la entidad. La centenaria entidad debe a sus acreedores más de 220.000 euros, pero su único activo es la sede social del colectivo, ubicada en el centro de Sama y valorada en 54.000 euros. Además, sobre esta instalación (emplazada en la calle Víctor Felgueroso) pesa un requerimiento de embargo presentado por Representaciones Antonio 33, uno de los promotores musicales que son acreedores de la sociedad. Esta firma reclama una cantidad de 70.750 euros.
El informe del administrador concursal de la centenaria sociedad, Ignacio Blanco, justifica por qué se solicitó el cese de actividad y liquidación de la entidad. Según ese informe, el valor del inmueble sólo permitiría asumir los créditos contra la masa (deudas posteriores a la fecha de declaración del concurso), pero no la totalidad de créditos concursales (deudas hasta fecha de declaración del proceso concursal), que ascienden a 198.772 euros. A esa cantidad habría que sumar los créditos contingentes ordinarios y subordinados sin cuantía. La estimación de la administración concursal es que la deuda global sobrepasa los 220.000 euros en total.
En las conclusiones de su informe, el administrador hace hincapié en las deficiencias contables de la entidad. El escrito expone que no se "ha podido constatar que la deudora mantenga una contabilidad que permita obtener una imagen fiel del patrimonio de la misma, de sus resultados o de su situación financiera, ni que se ajuste al Plan General de la Contabilidad. De hecho, no se ha podido constatar que la asociación tenga registro contable de tipo alguno, con una absoluta carencia de información al respecto". En la misma línea, el informe insiste en que "no consta ningún soporte contable que acredite que la entidad y concretamente su Junta directiva y la Junta Gestora de 2014 llevara un régimen contable ajustado al Plan General de Contabilidad".
La administración concursal expone que la asociación, "contaba con más de 1.000 asociados, que respondían de una cuota anual de 25 euros, así como donativos y subvenciones, lo que permitía contar con un presupuestos anual bastante estable para la organización" de los eventos que promovía como las fiestas patronales de Santiago en julio o los festejos de Pascua y Huevos Pintos.
