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Los vecinos exigen medidas para frenar la proliferación de antenas de telefonía

La Federación denuncia graves niveles de contaminación y afirma que el centro de Mieres soporta un campo eléctrico para 80.000 personas, cuando viven 20.000

Una de las antenas instaladas en el centro de Mieres. FERNANDO GEIJO

La Federación de Asociaciones de vecinos de Mieres ha reclamado oficialmente a los servicios municipales de Salud la elaboración, y posterior aplicación, de un estudio epidemiológico sobre las enfermedades derivadas de la contaminación atmosférica, sobre todo la generada por las antenas de telefonía móvil. El colectivo sostiene que la proliferación de este tipo de instalación en el casco urbano está provocando un aumento de los casos de cáncer. Según un estudio interno realizado por la plataforma, realizado a través de una encuesta sobre una muestra de 500 vecinos, se han detectado hasta 30 tipo de enfermedades oncológicas que pueden estar vinculadas, en mayor o menor medida, con la contaminación atmosférica. Casi la mitad de los participantes aseguraron tener alteraciones del sueño y un centenar afirmó sufrir problemas de origen nervioso.

La Federación vecinal sostiene que durante las últimas semanas se ha "incrementado notablemente" los niveles de contaminación derivados de emisiones electromagnéticas, humos y ruidos, "sin que por parte de las autoridades y técnicos municipales se haya mostrado una excesiva preocupación por este tema". A través de una escrito registrado en el Ayuntamiento, los responsables de esta plataforma reclamaron que se tomen medidas correctivas "sin más pérdida de tiempo".

El escrito remitido al Ayuntamiento es alarmante. Dice textualmente que "durante los últimos meses hemos venido detectando que muchos de los fallecimientos ocurridos en nuestro concejo han estado relacionados con diversos tipos de cáncer y enfermedades degenerativas en personas relativamente jóvenes, muchas de las cuales no superaban los 60 años". A partir de ahí, la Federación ha redactado un informe sobre la proliferación de antenas de telefonía móvil en el casco urbano. En total se han contabilizado 16 instalaciones de este tipo: "Se trata de una cifra que es una auténtica barbaridad, ya que cada una de estas antenas tiene una potencia que permite dar cobertura a 5.000 vecinos". El centro de la ciudad, donde se localizan estas torres, cuenta con poco más de 20.000 habitantes. Es decir, según los datos que manejan las asociaciones, la cobertura permitiría dar servicio a 80.000 personas, multiplicando por cuatro las necesidades del casco urbano. Siempre según los datos que maneja la Federación, las mediciones realizadas en interior de viviendas revelan unos niveles de intensidad de campo eléctrico de entre 1,5 y 4 V/m (voltio por metro), cuando el nivel de acción recomendado por varias organizaciones no oficiales es de 0,6 V/m. "Además, la subestación eléctrica de Santa Cruz ofrece unos niveles de contaminación electromagnética hasta tres y cuatro veces superiores a los establecidos por la Unión Europea".

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Además de solicitar la intervención del Ayuntamiento, la Federación de Asociaciones de Vecinos de Mieres también ha solicitado una reunión con Begoña de Póo, gerente del área sanitaria VII. La intención de la plataforma es poder analizar conjuntamente esta problemática y plantear varias propuestas para "contribuir a un mejor conocimiento y control, a través de los diferentes consultorios médicos, de algunas enfermedades que a nuestro entender se han ido acrecentando en el concejo".

Las quejas por los efectos nocivos que generan las antenas de telefonía móvil no son nuevas en Mieres, aunque llevaban años apagas. Entre 2007 y 2009 hubo una intensa movilización ciudadana que se canalizó a través de la creación de una plataforma vecinal que llegó a organizar varias protestas. Se llegó a plantear el desarrollo de un parque de antenas de telefonía móvil fuera del núcleo urbano. No obstante, esta iniciativa fue rechazada por la Dirección General de Modernización, Telecomunicaciones y Sociedad de la Información del Gobierno del Principado, que advirtió al Ayuntamiento de los efectos negativos que podía acarrear esta medida. Según el Ejecutivo asturiano, el alejamiento de las antenas implica que las estaciones tengan que emitir a una potencia mayor para dar cobertura. Ese incremento provoca un aumento de "la exposición a las emisiones que resulten de los terminales".

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