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Una controvertida medida del Principado

Las elevadas reparaciones hacen inviable mantener el remonte del Cueto Negro

Las revisiones y las averías del telesilla de Pajares, que ascendieron hasta 150.000 euros, han ocasionado la decisión de su cierre tras el verano

Dos esquiadores en el telesilla del Cueto Negro la pasada temporada. FERNANDO GEIJO

Las posibilidades de que el Principado dé marcha atrás en su intención de cerrar el telesilla del Cueto Negro en Pajares son prácticamente remotas. La silla, con casi 47 años de vida útil, se había convertido en los últimos años en un pozo sin fondo. Entre las revisiones ordinarias y las pequeñas -o no tan pequeñas- reparaciones que han tenido que ir haciéndose durante el último lustro, el gobierno regional ha gastado cientos de miles de euros. Por el momento, Deportes no se ha pronunciado ante la petición de una veintena de colectivos, entre ellos los ayuntamientos de Lena y Villamanín, además de establecimientos hosteleros y clubes de esquiadores, para que reconsidere su decisión de cerrar el remonte, pero todo parece indicar, que el Cueto Negro está dando este verano sus últimas subidas con visitantes, ya que una vez finalice la campaña estival, se cerrará al público si nada lo remedia.

Lo cierto es que desde 2011, la silla biplaza que parte desde la cafetería de la base de la estación hasta la zona más alta del complejo, ha tenido que recibir varios empujones para seguir funcionando. Inversiones, como los más de 150.000 euros que se tuvieron que invertir en 2014 para la sustitución de cuatro pilonas del remonte del Cueto Negro en las que se habían detectado fisuras. En ese momento, la silla estuvo cerrada cerca de mes y medio. También hubo otra avería en el variador, que también hubo que arreglar. Y a todo eso se suman las revisiones ordinarias. Después de este gasto, el Principado ha dicho basta, y así se lo hizo saber en mayo a los agentes implicados en el sector de la nieve de Valgrande-Pajares.

El remonte no está ahora mismo para pasar la inspección, una especie de ITV, a la que habría que someterle este año. Y el coste de las reparaciones para que pueda seguir subiendo los usuarios al Cueto Negro se eleva a más de 300.000 euros. Cantidad que Deporte no tiene pensado asumir, ya que tampoco garantiza una vida útil de la silla mucho más allá de una temporada más. Eso sí, el nuevo telesilla desembragable tan demandado por los usuarios tampoco llegará a corto plazo. Y es que los siete millones de euros que cuesta son un escollo insalvable a día de hoy.

Para las entidades que el viernes firmaron en Lena un manifiesto para exigir el mantenimiento del telesilla del Cueto Negro, el servicio de este remonte "resulta imprescindible en estos momentos para garantizar el futuro de nuestra estación, teniendo el cese de la actividad del mismo consecuencias nefastas para ésta y el entorno socioeconómico que la misma genera y la rodea". Sin embargo, parece que el Cueto Negro no seguirá funcionando. La alternativa es la silla Brañillín de cuatro plazas, cuyo recorrido llega a la misma zona que lo hacía el Cueto Negro. Soportará más carga de trabajo, pero desde el Principado confían en que esta solución sea suficiente hasta que llegue la esperada nueva silla.

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