El Centro Cultural de Moreda acogió la primera de las tres charlas programadas en la Semana Cultural "Joaquín Rodríguez Muñíz", la cita anual organizada por la Sociedad "Humanitarios de San Martín" y el Área de Cultura del Ayuntamiento de Aller, con la colaboración del Club LA NUEVA ESPAÑA de las Cuencas, y que tuvo por título "La gaita asturiana: construyendo una identidad", de la que fue ponente el director del Museo de la Gaita de Gijón, Alfonso Fernández.

Rómulo García Canella, Director del Centro Cultural, introdujo la figura del conferenciante al público asistente, destacando "su labor al frente del Museo de la Gaita desde 1997", y el hecho de que la charla tuviera su base en el trabajo que constituyó la tesis doctoral de Fernández.

El director del museo, a pesar de la dificultad que entraña la escasez de información previa al siglo XIX, hizo un viaje en el tiempo apoyado en abundante documentación histórica, hasta el siglo XII, "cuando aparecen los primeros testimonios de la existencia de la gaita en forma de elementos ornamentales en edificaciones religiosas asturianas", testimonios que van haciéndose más numerosos con el paso de los siglos, hasta detenerse en el XVI, en el que "existe constancia de que ya se pagaba a los gaiteros por su trabajo y que la gaita se tocaba en las fiestas". Y es que, en palabras de Fernández "la gaita sirvió y sigue sirviendo para poner música a nuestras celebraciones".

Es en el siglo XIX, con el movimiento romántico cuando "la gaita se convierte en un instrumento representativo de Asturias" llegando, por impulso de la burguesía asturiana, a entrar en fiestas selectas. "Es la época en que se produce también la recuperación de las tradiciones asturianas, de sus bailes y vestimentas, en contraposición a las modas y costumbres de inspiración francesa". A partir de entonces, la gaita viaja con la emigración y se convierte en un instrumento que capta la atención de pintores, músicos y escritores. "De 1850 data el primer anuncio conocido de un gaitero que se ofrecía a dar clases. Es el tiempo en que aparecen las primeras partituras de música asturiana de gaita, los concursos, las bandas y las grabaciones, que tienen su inicio en 1902 con los "Cantares de Covadonga" del gaitero Libardón".

Destacó Alfonso Fernández que "los usos de la gaita en Asturias van desde la mendicidad hasta las bodas, pasando por las cacerías, rifas, romerías, procesiones, manifestaciones, etcétera", haciendo hincapié en el hecho de que "fue un instrumento exclusivamente masculino hasta la década de los 50 del siglo pasado, en que apareció la primera gaitera, la allerana Justina".

El ponente se detuvo en la explicación del fenómeno expansivo de la gaita "a raíz de la creación del Estado de las autonomías y la necesidad de hacer valer identidades y rescatar tradiciones. Es en ese momento, en los 80, cuando la gaita se incorpora a la música folk, su estudio entra en los conservatorios asturianos y se extienden los festivales de música tradicional".

Alfonso Fernández concluyó manifestando que "la gaita parece estar consolidada en Asturias y que, junto con el tambor, son los instrumentos más estudiados".