La apertura del parador de Brañagallones (Caso) como refugio de montaña no tiene fecha fijada todavía. Las instalaciones convertidas en hotel de tres estrellas cumplieron seis veranos consecutivos cerradas y éste se inicia sin que se haya puesto en marcha. En estos últimos años, la empresa que gestionaba el parador reclamó al Principado que ejecutase obras de reparación pero no se llevaron a cabo y la concesión administrativa terminó meses atrás.

La Federación de Deportes de Montaña, Escalada y Montañismo de Asturias (Fempa) presentó un proyecto para convertir el edificio en refugio de montaña. El consejero de Empleo y Turismo, Francisco Blanco, anunció en la Junta General su visto bueno a esta iniciativa. Desde entonces han pasado cuatro meses.

La intención de la Federación de Montaña pasaba por transformar el parador de Brañagallones en un refugio y empezar a gestionarlo a partir de julio. Sin embargo, para hacerlo depende del Principado ya que tiene que acometer las reparaciones necesarias para que el edificio pueda ser utilizado por los montañeros. Además, el inmueble tiene que ser transferido de la Consejería de Industria a la Dirección General de Deportes ya que ésta tiene un convenio con la Federación de Montaña para la gestión de los refugios, en el que se incluiría el de Brañagallones.

Representantes del colectivo, junto con los directores generales de Turismo y Deportes, Julio González Zapico y José Ramón Tuero, respectivamente, visitaron semanas atrás el parador de Brañagallones. También se desplazaron técnicos regionales para comprobar el estado del edificio y las reparaciones que se tienen que ejecutar, aunque se han abordado arreglos recientemente. La Federación de Montaña, que aguarda a que el Principado concluya los trámites, pretende abrir el refugio durante todo el año e incrementar sus plazas de las 24 actuales a 40.