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Los tres bastiones de la Carisa

Los arqueólogos excavarán este verano en el campamento de Carroceo, que se suma a L.laguezos y Curriel.los y desvelará nuevas claves de la invasión romana

Esperanza Martín, en las excavaciones del Picu L.lagüezos. J. R. SILVEIRA

Paso a paso. Campamento a campamento. Cada vez está más claro que los legionarios desplegaron toda su fuerza militar en la Vía Carisa para entrar en el territorio que actualmente ocupa Asturias. Levantaron un campamento en L.lagüezos, entre Villamanín y Lena. La primera construcción en tierra asturiana. Y seis kilómetros más allá, piedra a piedra, construyeron el recinto de Curriel.los: uno de los mayores yacimientos romanos encontrados en Europa a semejante altitud (1.500 metros). Otros cinco kilómetros en dirección a Aller, la tierra está a punto de volver a hablar: todo apunta a que el monte Carroceo (conocido popularmente como Carraceo) guarda el tercer campamento, otra pieza en el despliegue militar de los legionarios. Son los tres bastiones que, hasta el momento, se conocen en la que fue la principal entrada de los romanos en tierra astur.

La ofensiva para la romanización de Asturias empezó con la construcción de la Vía Carisa. Una calzada proyectada para unir la Meseta con el puerto de Gijón (Noega). Debía su nombre a Publio Carisio, el mando que ordenó su construcción. Planificaron su estrategia al milímetro y el punto más delicado era superar los montes en los que limitan Aller y Lena, por su pendiente y la posible presencia de asentamientos astures en época estival. Lo salvaron con una topografía que, aún hoy, se considera ejemplar: salvando el desnivel con caminos en zigzag.

Los arqueólogos estiman que la construcción de la vía romana terminó antes del año 24 antes de Cristo. En esa fecha se ocupó L.lagüezos. Es el último campamento que ha sido investigado, con una partida del ayuntamiento de Lena y otra del Principado. Este verano habrá una nueva intervención en la vertiente leonesa (con fondos de la Junta de Castilla y León y el apoyo del ayuntamiento de Villamanín). Lo que se sabe, hasta el momento, es que el recinto albergó a una formación militar de envergadura. Tenía cerca de cuatro hectáreas de superficie y espacio para dar cabida hasta a 2.000 hombres. Fue un punto clave para la vigilancia de la zona.

Asentados ya en la región, dieron el siguiente paso. Levantaron Curriel.los, en torno al 23 antes de Cristo, según la investigación. Este enclave es el que guarda más misterios. Su fortificación está muy reforzada y el recinto se amplió hasta en cinco ocasiones. Los arqueólogos Jorge Camino, Rogelio Estrada y Yolanda Viniegra (Asociación Amigos de la Carisa) lo descubrieron, en una campaña financiada a través de un mecenazgo de Cajastur. Curriel.los pudo ser el escenario de la rebelión astur, documentada en el año 22 antes de Cristo. El recinto tenía capacidad para albergar a 5.000 soldados romanos.

El siguiente paso de los legionarios era un misterio hasta el año pasado. La arqueóloga Esperanza Martín, responsable de las últimas excavaciones y de la campaña que arrancará la próxima semana, descubrió el que puede ser el tercer gran campamento romano de la Carisa. El recinto está en el alto de Carroceo, entre Aller y Lena. Está atravesado, justo por el centro, por la Vía Carisa. A expensas de una investigación, muestra similitudes con los otros dos campamentos. Y se localiza a cuatro kilómetros de Curriel.los, siguiendo la línea perfecta que marca la calzada romana.

Muestra de una estrategia militar ejemplar, todos los campamentos tenían una buena intervisibilidad y eran zonas clave para frenar al enemigo. Dos ya se han investigado y la campaña en el tercero arrancará el lunes.

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