Las fiestas de San Martín de Tours, en Sotrondio, echaron ayer el cierre con una jira que, aunque pasada por agua, fue multitudinaria. Eso sí, los mayores prefirieron quedarse en casa dejando la celebración para los más jóvenes. En grupos o por peñas de bares, los romeros disfrutaron de esta última jornada festiva donde la sidra y el calimocho corrieron a raudales, tanto como el caudal del río Nalón a su paso por el parque de El Florán, donde se organizaba la cita.

Todos repetían jira a excepción de algunos primerizos. Caso el de Carla Rodríguez, de Langreo, que acudió a la jira de Sotrondio invitada por unas amigas de la localidad. "Es una pena que llueva, pero nos lo estamos pasando muy bien, espero volver el año próximo", aseguraba esta joven. Una de sus amigas, Beatriz Suárez, aseguraba que "es lo mejor de las fiestas de Sotrondio".

En otro de los grupos distribuidos por el prao de El Florán se encontraba Enrique Fernández quien afirmó ser un "habitual" de la jira sotrondina. "Venimos todos los años, la lluvia es lo de menos, lo importante es que nos juntemos los amigos para disfrutar de la fiesta". Mientras unos bebían, otros jugaban en la hierba con pistolas de agua o tirándose encima el contenido de voluminosas botellas. También bailaban. Una de las peñas de bar montó una pequeña carpa con un equipo de sonido que convirtió el prau en una discoteca al aire libre. En el paseo de El Florán, algunos vecinos contemplaban el divertimento de los jóvenes. Entre ellos se encontraba Conchita Pérez. "Yo no vengo a la jira, ya soy muy mayor para esta fiesta, pero me gusta verla desde la barrera", apuntaba.

La jira no fue el único acto del día festivo, que comenzó ya por la mañana con el reparto del bollu y la botella de vino entre los socios de la sociedad de festejos de San Martín de Tours. A las cinco, los vecinos disfrutaron del pasacalles ofrecido por la charanga "Élite", de Sotrondio. Tras la jira, los romeros acudieron hasta el entorno de la estación de Feve, donde los esperaba una fiesta de la espuma.

Ya por la noche, la programación guardaba otra perla, la última verbena de las fiestas a cargo de la orquesta "Europea Big Bang". La despedida, con broche de oro, fue con fuegos artificiales a la medianoche, un apoteósico castillo pirotécnico desde el parque de La Capilla.