La familia Uribarren, propietaria de Mieres Tubos, ya sabe hasta dónde están dispuestos a llegar los trabajadores de la factoría en defensa de su continuidad. La plantilla se plantó ayer ante la misma puerta de la vivienda del dueño, en Vitoria (Álava), para reprocharle que "en ningún momento haya mostrado interés en reflotar la empresa, dedicándose en todo momento a entorpecer cualquier posible solución poniendo condiciones imposibles a los inversores que han mostrado interés por este proyecto industrial".

Una 200 personas participaron ayer en la manifestación convocada por el comité de empresa de Mieres Tubos. La marcha salió a las once y media de la mañana de la céntrica plaza de la Virgen Blanca. Tras una media hora de marcha, la columna llegó ante el domicilio de Luis Uribarren, propietario de la factoría de Sueros. "No nos ha querido atender, pero nos hemos hecho escuchar pese a todo" señaló ayer satisfecho José Ángel Álvarez, presidente del comité de empresa, quién leyó un comunicado en plena calle. " Todo esto se deriva de una situación insostenible para los trabajadores, muchos de los cuales han agotado ya la presentación por desempleo, al tiempo que estamos sufriendo retrasos importantes en el abono de nóminas", señaló.

Mieres Tubos lleva dos años sin actividad. Y eso que en su momento se firmó un plan industrial, asumiendo la plantilla una importante rebaja salarial y renunciando a derechos sociales: "Exigimos a la familia Uribarren que de una vez por todas cumpla el plan de viabilidad, que garantiza el empleo", apuntó José Ángel Álvarez. El problema en estos momentos radica en que los dueños de las empresa no quieren ni poner más capital ni ceder el control de la misma. Así, los sindicatos reclamaron el mes pasado a la familia Uribarren que, o bien ponía el capital necesario, unos 8 millones, para reactivar la planta, o bien dejase entrar a nuevos inversores. Si bien la semana pasada las partes acercaron posturas, a día de ayer no había garantías de acuerdo. "Tras dos años poniendo todo de nuestra parte, nos encontramos con que la planta sigue parada y sin que se vislumbre una solución a corto plazo", subrayaron los trabajadores.

Apoyo institucional

La plantilla no estuvo ayer sola en Vitoria. El alcalde de Mieres se desplazó con ellos en autobús hasta la capital alavesa y participó en la marcha. También lo hizo, entre otros, la portavoz del grupo socialista, Gloria Muñoz, junto con el portavoz de Industrial del PSOE en la Junta del Principado, el diputado mierense Jesús Gutiérrez. Para Aníbal Vázquez "es imprescindible que el propietario de Mieres Tubos desbloquee la situación, bien apostando por la reapertura de la factoría, bien permitiendo que otras firmas interesadas puedan garantizar la actividad y el futuro de las instalaciones". El regidor subrayó que "la situación de los trabajadores y de sus familias es límite y la solución no puede dilatarse por más tiempo". El diputado autonómico de IU, Ovidio Zapico, también presente en la protesta, ironizó sobre el tamaño de la vivienda en que reside la familia Uribarren, que calificó de palacio: "Está claro que ellos no tienen problema para poner cada día un plato de comida en la mesa". Jesús Gutiérrez, por su parte, subrayó la necesidad de respaldar a los trabajadores de la factoría: "Entendemos que tiene que existir una solución para la continuidad de la fábrica, porque se trata de una empresa en la que hay carga de trabajo, que tiene instalaciones modernas y, sobre todo, que ha atraído a empresarios que son conscientes de su potencial y que están interesados en invertir".