La contaminación que guardan los terrenos de la antigua explotación de mercurio de El Terronal (La Peña, Mieres) puede ser peligrosa para los vecinos. Los investigadores de la Universidad de Oviedo que han encabezado el proyecto europeo Life+ "I-DARTS", destinado a la búsqueda de nuevas fórmulas para la limpieza de tóxicos en el subsuelo, consideran necesaria una actuación de descontaminación" lo antes posible". Esta es una de las conclusiones con las que se cierra el programa, que ha dado a conocer un pionero sistema híbrido para la descontaminación que combina técnicas biológicas (microorganismos y recursos naturales) con actuaciones químicas. La investigación se desarrolló también en los suelos de Nitrastur (Langreo) y Olicio (Cangas de Onís) . Contó con la colaboración de la Consejería de Infraestructuras, Ordenación del Territorio y Medio Ambiente y de la empresa SOGENER.

"El terreno más llamativo en el que hemos trabajado es el de Nitrastur", explicó ayer el investigador José Luis Gallego. Llamativo porque es la extensión de tierra más grande y fue abandonada hace veinte años, cuando se planteó convertirla en el escenario de Nuevo Langreo. La idea no salió adelante porque guardaba restos tóxicos en el subsuelo. Pero no hay por qué alarmarse, aseguró Gallego, ya que "el problema de contaminación existe pero que no es demasiado grave. La población no tiene que estar preocupada por lo que hay allí". Lo mismo ocurre en los terrenos de Cangas de Onís, donde se registró la contaminación más baja. El investigador cambia el tono cuando habla de El Terronal. "La toxicidad del mercurio y el arsénico que hay allí es importante porque está cerca de un cauce fluvial", afirmó. Hay vertidos al río San Tirso, un anuncio que no es nuevo y del que ya están al tanto el Principado y la Confederación Hidrográfica del Cantábrico. "Entendemos que en este lugar tiene que haber una actuación importante y rápida, destinada a la retirada de los residuos", aseveró.

El proyecto "I+DARTS" tenía como objetivo utilizar estas tres parcelas como territorios piloto para la investigación de nuevas técnicas de descontaminación. Se compararon hasta siete tecnologías y, algunas, dieron resultados muy satisfactorios. Fue el caso de la fitoextracción asistida (uso de plantas para remover metales desde el suelo, transportarlos y concentrarlos como biomasa). Esa técnica biológica ha de combinarse con procedimientos físicos-químicos en lugares de máxima concentración de tóxicos, como en El Terronal. En Mieres son necesarias técnicas más abrasivas, como el lavado de suelos. Lo ideal, destacó Gallego, es su combinación. También dio muy buenos resultados la técnica de fitoestabilización: el uso de plantas y nanopartículas para minimizar la movilidad del metal en el suelo contaminado por medio de la acumulación de raíces.

El proyecto "I-DARTS" sigue adelante estos meses, con el cálculo de los costes que supondría una descontaminación en cada parcela. Ajustar al máximo es prioritario porque "el presupuesto del Principado para este tipo de actuaciones es mínimo", afirmó la directora general de Prevención y Control Ambiental, Elena Marañón.