Un verano más, niños y niñas del Sahara llegan a las Cuencas para convivir con una sociedad diferente a la que están acostumbrados. Forman parte del programa Vacaciones en Paz. En total, son 260 chicos a lo largo de toda Asturias. Sus caras siempre denotan alegría y esperanzas por volver. Once de los acogidos este año fueron recibidos por el alcalde de Langreo, Jesús Sánchez, y el Portavoz de IU, Jonathan López, además de la concejala de Participación y Colaboración Internacional, Blanca Pantiga, quien explicó el desarrollo del programa.

A la recepción acudieron sólo la mitad de los niños, once, pero el total de llegados a Langreo ascendió este verano a 21 (seis niñas y quince niños). Para el alcalde, esta iniciativa tiene "dos objetivos principales: el hecho de que los niños pasen un verano diferente y, además, dar visibilidad a un problema muy importante". Una tesitura que según Sánchez "podría ser bien diferente si se hubiese gestionado de otra manera". Para el Alcalde, este programa de acogida sirve para conseguir "que la gente se conciencia con unos jóvenes cuya realidad es opuesta a la nuestra".

Algunos de los niños, como es el caso de Magd.a, lleva viniendo a Langreo seis años. "Cuatro con una familia y otros dos con otra", explica, y comparte con Sala un deseo: "Ojalá podamos volver a Asturias". No fueron ajenos a los pequeños accidentes propios de un verano lleno de actividades. A Mohamed, por ejemplo, se le pudo ver en la recepción con un brazo en cabestrillo por culpa de "una caída en una escalera". Pero se lo tomaba con alegría. Entre montar en bici, jugar al fútbol y caminar por los verdes paisajes que según dicen "son muy bonitos y muy distintos" a los que están acostumbrados, se alejan de su día a día en busca de una paz que en el resto de meses del año les es imposible encontrar. Y así, felices, recibieron los regalos por parte del Consistorio langreano, con más sonrisas que palabras.