El pueblo de San Tirso, entre Mieres y Langreo, celebró ayer una nueva edición de su carrera de "burrocross". Un total de catorce jinetes participaron en esta prueba, realizada bajo un calor sofocante, con más de 30 grados de temperatura. Las carreras en burro, que también son muy populares en algunos países de Latinoamérica como Perú o Argentina, fueron durante mucho tiempo imprescindibles en las fiestas de los pueblos asturianos. Sin embargo, hoy en día cada vez son menos frecuentes. En San Tirso recuperaron esta tradición hace dos años tras casi una década de ausencia.

Melchor Fernández lleva más de treinta años velando por el mantenimiento de este tipo de actividades con asnos por toda Asturias. "Los burros también tienen derecho a ser partícipes en las fiestas de los pueblos", explicó Fernández momentos antes del inicio de la carrera de San Tirso. El propio Fernández recuerda cómo eran las romerías cuando era niño: "Cuando tenía cinco años, había carreras de burros por todos los sitios y eran muy divertidas", expuso.

Uno de los principales motivos del declive del "burrocross" es el descenso de la población de estos équidos. Actualmente, Fernández se dedica a rescatar a estos animales cuando están abandonados o a punto de ser llevados al matadero y les da una segunda oportunidad compitiendo en carreras por los prados. "Allí donde haya una fiesta en la que quieran organizar una competición con burros, estaremos nosotros", afirmó. Con él también colaboran ganaderos que ofrecen sus asnos para las carreras.

Antes de comenzar, los participantes de la prueba realizaron una serie de vueltas de calentamiento a lo largo de todo el recorrido, al más puro estilo de la Fórmula 1. Esto sirvió para adaptarse a los animales, ya que muchos iban demasiado deprisa y sin control, o en el sentido contrario de la prueba.

Con unos minutos de retraso por el calor y la ausencia de algunos competidores, comenzó la carrera ante la atenta mirada de un centenar de personas. Para el público, el principal aliciente del "burrocross" son las caídas, aunque a los jinetes no les hagan ninguna gracia. Algunos de los que tenían previsto correr no pudieron participar porque todavía arrastraban molestias tras caerse en la carrera de cintas del sábado, que también congregó a muchos espectadores.

El "burrocross" no fue la única actividad del último día de fiestas en San Tirso. Previamente hubo una sesión de vermú, el reparto del bollu preñau y la actuación de la banda de gaitas "Escuela Tradicional Trisquel de Riaño". Tras la carrera, Susana Marrón y Chus Serrano fueron los encargados de amenizar la verbena.

El lanzamiento de los fuegos artificiales y los bailes eran algunas de la actividades programadas como colofón.