Dos años lleva luchando la plantilla de Mieres Tubos por que la factoría volviese a la actividad. Y no cesaron en su empeño. Entre las movilizaciones, los trabajadores llevaron su protesta ante el Ayuntamiento de Mieres en varias ocasiones. Con concentraciones y con marchas desde la propia factoría hasta la Casa Consistorial. Hasta fueron a la Junta General del Principado para hacerse oír.
Las protestas cruzaron incluso las fronteras asturianas y llegaron hasta el País Vasco. Unas doscientas personas se plantaron a mediados de julio pasado en Vitoria para manifestarse ante la casa de la familia Uribarren con el fin de que los empresarios vascos recapacitasen en su negativa de dejar entrar a nuevos inversores. Los propietarios de la planta mierense no se entrevistaron con los manifestantes, pero a tenor de los sucedido en las semanas posteriores sí escucharon el mensaje. En aquella protesta, los trabajadores no estuvieron solos y contaron con un importante respaldo institucional. El Ayuntamiento de Mieres estuvo representado por su alcalde y por varios concejales de otras formaciones. Incluso hubo diputados regionales que también quisieron mostrar su apoyo a la plantilla.
