Aún queda el Descenso, pero, antes de pasar de una celebración a otra, los lavianeses han tenido que involucrarse en dejar las cosas como estaban. Y es que el prau de La Chalana, que acogió el pasado martes la jira anual de las fiestas de Laviana, pasó ayer por chapa y pintura tras las tareas de recogida de residuos que realizaron unos pocos voluntarios a lo largo de la tarde (en la foto).