Los ecologistas alertan de que la próxima llegada de los trenes de Alta Velocidad (AVE) a Asturias será un nuevo revés para la recuperación del oso pardo en el concejo de Lena. Por ese motivo, los conservacionistas exigen al Administrador de Infraestructuras (Adif) que siga "al pie de la letra" las medidas de protección ambiental, especialmente en materia acústica, que se incluyeron en el proyecto original.

El portavoz de la Coordinadora Ecoloxista d'Asturies, Fructuoso Pontigo, aseguró ayer que "si las obras ya han afectado negativamente a la recuperación de la especie, será aún más complicado cuando empiecen a pasar los trenes". Y va más allá porque, añadió, "no sólo afectará a los osos, sino al resto de fauna salvaje que hay en la zona". El conservacionista destacó que buena parte del trazado del AVE pasa por territorio protegido.

Las medidas de protección incluidas en el proyecto para la construcción de la línea incluyen actuaciones como la construcción de pantallas vegetales, en el entorno de las vías, para amortiguar el ruido. "No queremos que esto se quede en cuatro hierbas mal plantadas, se precisa de un plan ambicioso para mantener la riqueza natural de la zona", señaló Pontigo.

La preocupación de los ecologistas ha ido en aumento tras saber que hay una familia de osos asentada en el municipio. Se trata de una osa con, al menos, dos crías que se localizaron muy cerca de la autopista del Huerna. Y podrían ser más, según Pontigo, "si los planes para la recuperación de estos territorios se hubieran ejecutado de una forma más escrupulosa". Desde su punto de vista, "buena parte del presupuesto se ha dedicado a contentar a los ganaderos, con la construcción de pistas forestales y abrevaderos".

Las labores para facilitar la labor ganadera estaban incluidas en un ambicioso proyecto de restauración del hábitat del oso pardo en el corredor de Pajares, financiado por el Ministerio de Medio Ambiente y ejecutado por la Dirección General de Recursos Naturales del Principado. La actuación contó con varias anualidades y, este año, está llegando ya a su fin con la plantación de 17.897 árboles autóctonos en una extensión de más de doce hectáreas.

El proyecto arrancó en 2013. En 2014 estuvo paralizado por falta de fondos pero el Principado retomó la actuación en 2015, en cuanto el Ministerio habilitó de nuevo las partidas. En este último ejercicio, las labores se centraron en las zonas de Torcellano y Matarredonda y se han ejecutado ya prácticamente en su totalidad. El proyecto inicial incluía la plantación de 12.171 abedules y 2.219 rebollos. También 643 mostajos, 1.432 serbales y otros tantos espinos.

Las labores se completarán con otras actuaciones destinadas a la mejora de los territorios y su entorno. Es el caso de una roza mecanizada con retroaraña que, según las previsiones, se desarrollará en diecinueve hectáreas de los montes Mudriello y Ladrones.