Más de ocho mil niños de las Cuencas, 8.059 exactamente, comenzaron ayer sus clases en Educación Primaria y el segundo ciclo de Infantil. Se trata de un curso escolar que, en los valles mineros, viene acompañado por la supresión de un colegio -el de Murias, en Mieres- y por la polémica del pago del transporte escolar. Sobre este último aspecto, los centros han conseguido que se mantenga su gratuidad, aunque auguran que les espera una dura batalla para mantenerlo el próximo año. Del total de los alumnos, la mayor parte, 5.840, están en los centros públicos de la red educativa asturiana, mientras que el resto, 2.219, pertenecen a colegios privados concertados. Comparando el número de alumnos con los que comenzaron el curso pasado, se registra un descenso de 201 escolares, lo que supone una rebaja del 2,4 por ciento.

Dentro de las Cuencas, el valle del Nalón cuenta con un número de alumnos muy superior a la comarca del Caudal. Los centros que imparten el segundo ciclo de Infantil (niños de 3 a 6 años) en el Nalón reúnen a un total de 1.339 escolares (951 en la pública y 388 en la concertada), frente a los 1.028 niños de la zona del Caudal (805 en pública y 223 en la privada). La reducción de estudiantes se aprecia en estos datos, ya que en Educación Primaria (hasta sexto curso), las matrículas aumentan ligeramente respecto al año anterior. El Nalón también cuenta con una mayor afluencia global de alumnos que el Caudal en esta etapa. Entre Langreo, San Martín del Rey Aurelio, Laviana, Caso y Sobrescobio hay 3.207 alumnos (2.150 en centros públicos y 1.057 en los colegios privados). En la comarca en engloba los municipios del Caudal (Mieres, Lena, Aller, Riosa, Morcín, además de Santo Adriano), la cifra de escolares en Educación Primaria es de 2.485 (1.934 en la pública y 551 en la concertada).

La principal novedad de este curso escolar es la eliminación del colegio público de Murias. Una supresión que no estuvo exenta de polémica (llegó a movilizar a los propios vecinos) y que se acabó saldando con el traslado de los pequeños al colegio Prau Llerón-Clarín, de Mieres. Su directora, Soledad García, confirmaba ayer que "hemos recibido cuatro alumnos nuevos procedentes de Murias". El curso en este colegio mierense arrancó con "normalidad, tal y como suele ocurrir en los años anteriores".

También hubo normalidad, aunque cierto ajetreo, en el colegio Beata Imelda-Santo Tomás, del distrito langreano de La Felguera que estrenó nuevo modelo organizativo tras su fusión como un único centro. Así, las instalaciones del Beata Imelda -más conocido como las monjas de La Felguera- acogieron ayer a los alumnos de Primaria, mientras que el centro Santo Tomás -conocido como los Dominicos- alberga a los estudiantes de Secundaria y Bachillerato.

De estreno también estaban ayer en el colegio público de Moreda, cuya zona de recreo, que hasta ahora era de tierra, cuenta con una base de hormigón que permitirá que los más pequeños puedan utilizar la zona en mejores condiciones. Los trabajos fueron realizados por el Ayuntamiento de Aller dando cumplimiento a una moción presentada por el PP tras la petición de la Asociación de Padres y Madres de Alumnos, que fue aprobada por unanimidad. Su directora, María Dolores Pardo, aseguró que el inicio del curso "se está dando bastante bien, sólo nos falta una profesora por llegar que está de baja maternal". Pardo también se congratuló por la matrícula, que aumentó en una decena de niños, así como por la mejora del patio, destacando que, durante el curso, "haremos un proyecto de patio en la escuela".

Con proyectos educativos de futuro también están inmersos en el colegio José Bernardo, de Sama. Su directora, Silvia Casiano, destacó que "continuaremos con el contrato-programa de la Consejería de Educación, con el que durante el curso pasado hicimos los patios dinámicos". Para este año, el centro espera abrir su biblioteca, "por la mañana para los alumnos durante el recreo y por la tarde para que también puedan acudir las familias". Casiano, que dio cuenta del buen inicio del curso escolar, también aludió al problema del pago del transporte. "Tenemos varias rutas en el colegio y querían hacer que fueran de pago, aunque al final conseguimos que se mantuviese la gratuidad este curso; a pesar de ellos, tenemos que estar pendientes para que se mantenga y no cobren a los alumnos por utilizarlo", subrayó.

Otro de los centros que comenzó el curso con normalidad, aunque con cierta sensación de tristeza, fue El Bosquín, de El Entrego, que ha perdido una unidad educativa. Esto supone dos profesores menos durante el presente curso. La comunidad educativa se movilizó contra este recorte meses atrás, pero no consiguieron el respaldo de la Consejería de Educación, que mantuvo su intención de eliminar la unidad.