El Ayuntamiento de Mieres lleva ya casi cincos años sin convenio colectivo. Y es que el nuevo marco laboral que se firmó en junio de 2014 no ha podido finalmente tener aplicación debido a los informes desfavorablemente emitidos desde las áreas municipales de Secretaría e Intervención. Así, los trabajadores siguen sujetos al convenio tramitado en 2009 que, entre otras cosas, establecía una jornada laboral de 35 horas semanales, cuando desde principios de año está implantada la jornada de 37 horas y media. Esta circunstancia ha dado paso a que los sindicatos reclamen que la media hora adicional que cumplen diariamente los trabajadores se abone como horas extraordinarias. CC OO ya ha presentado en el juzgado, en este sentido, unas 70 solicitudes.
La fracasada gestación de un nuevo convenio colectivo ha dejado las relaciones laborales en el Ayuntamiento de Mieres en un estado de compleja indefinición: "Se puede decir que estamos sin convenio desde hace cinco años", subrayan los portavoces del comité de empresa consultados por este diario.
Los sindicatos puntualizan, no obstante, que los contenidos del convenio caducado en 2011 siguen vigentes: "Los acuerdos firmados en este texto, aunque ahora ya no esté vigente, quedan recogidos en cada contrato de trabajo". Este planteamiento ha servido de base, por ejemplo, para que los sindicatos hayan promovido la ya citada reclamación del pago como horas extraordinarias de la ampliación de jornada de aprobada por el gobierno local a principio de este mismo año, medida adoptada en cumplimiento de un mandato del Gobierno central.
La ausencia de un marco laboral actualizado es fruto de un largo proceso de desencuentros entre sindicatos y gobierno local. Para empezar, el último convenio laboral tramitado por el Ayuntamiento caducó a finales de 2011 sin que ninguna de las partes lo denunciase. Finalmente fueron los gestores de IU quienes, ya en 2012 y con un plan de ajuste en ciernes, dieron el paso. Se negoció un nuevo documento, que se llegó a firmar a mediados de 2014, pero algunos de sus contenidos no eran aplicables, a juicio de los altos funcionarios municipales.
El polémico convenio laboral fue firmado hace algo más de dos años por los sindicatos mayoritarios y rubricado tanto por IU como por el PSOE. El acuerdo, que puso fin a casi año y medio de negociación, no fue respaldado ni por el PP ni por Foro, entonces con representación en la Corporación. Tampoco la Corriente Sindical de Izquierdas rubricó el documento. A grandes rasgos, el nuevo marco regulador congelaba los sueldos, aunque ofrecía a los trabajadores notables beneficios sociales. Principalmente, disfrutarían de un importante número de días de permiso. Este apartado parece ser uno de los principales puntos de fricción con los técnicos de rango estatal.
El convenio laboral que en junio de 2014 quedó firmado y que luego saltó por los aires comenzó a negociarse el 21 de enero de 2013. Para alcanzar un consenso fueron necesarias 52 reuniones, algunas de ellas maratonianas, comenzando en ocasiones a las diez de la mañana y concluyendo pasada ampliamente la medianoche. El documento debería haber tenido vigencia hasta finales de 2015. Mantenía la supresión de la bolsa de vacaciones (300 euros) y de la prima de conducir (75 euros). Además, se alteraba el modelo de organización interna cambiando las categorías por grupos profesiones.
Si bien algunos de los contenidos del convenio fallido llegaron a ser aplicados, finalmente el gobierno local lo ha dado por archivado. "Desde hace meses no se ha producido ningún avance en este sentido", remarcan los portavoces sindicales consultados por este diario. A medio plaza no se vislumbra la posibilidad de que se ponga sobre la mesa una nuevo convenio.
