"Los urogallos no han desaparecido por culpa de las pistas forestales o debido a los ganaderos, que siempre hemos estado aquí, el problema es la mala gestión del Principado y las trabas que ponen los ecologistas, que protestan cuando se hacen actuaciones necesarias por su total desconocimiento de la montaña". Los vecinos del entorno de Casomera, en Aller, defienden la apertura de la vieja pista que conecta el concejo con Piedrafita, en León, un circuito para todoterrenos de 9 kilómetros de longitud. Los ecologistas sostienen que el camino rodado espantará a osos y urogallos. "Los verdaderos ecologistas somos los nativos, que conocemos el monte, estas asociaciones lo que persiguen es captar subvenciones para montarse un despacho en Oviedo y estar calentitos".

Los vecinos de la zona alta de Aller están muy molestos con las asociaciones ecologistas. Ellos, con el apoyo del Ayuntamiento, fueron los que, tras años de espera, pusieron el trabajo y los medios para abrir la polémica pista de Piedrafita, una reivindicación histórica que ha permitido recuperar el antiguo trazado del "camín real". El problema es que los preservacionistas han pedido al Principado información sobre el proyecto, reclamando informes ambientales y permisos de obra. La Coordinadora Ornitolóxica de Asturies advierte de que el tránsito de vehículos por este enclave puede afectar tanto a las poblaciones de oso como de urogallo.

"Se trata de un camino para la mejora de la vida en los pueblos, no es una autopista", subrayó ayer Manuel González, portavoz de los ganaderos de la zona. "Resulta muy sencillo pedir que vayamos andando a cuidar las fincas y al ganado; luego se quejan de que los pueblos se quedan vacíos", remarca José Manuel Baizán.

Los vecinos están muy irritados. Los ecologistas tardarán en ser bienvenidos en Casomera: "Lo que quiere esta gente es que en los pueblos tengamos que vivir como indios, pero a ellos les molesta cuando aparece un jabalí en La Fresneda, ya que entonces temen que se pueda comer a uno de sus hijos", reprende con vehemencia Manuel González. Los ganaderos defienden que la actividad que realizan en buena para el monte: "Antes había quemas, pero no incendios, ahora es al revés. Somos nosotros lo que sabemos qué necesita el campo, algo que también sabían los antiguos guardas", subrayan.

La apertura de esta pista es una vieja reivindicación de los vecinos. La actuación de mejora se ha desarrollo a lo largo de nueve kilómetros. Al final, entre las aportaciones del Ayuntamiento y de los propios ganaderos locales se han invertido unos 15.000 euros. "Por esta senda puede pasar un todoterreno o incluso un tractor, pero despacio, eso no espanta los urogallos o a los osos. Lo que daña a la fauna es la incompetencia que muestran generalmente las administraciones y las instituciones ecologistas", recalca Manuel González poniendo voz al sentir de los vecinos.