Los ecologistas ponen el grito en el cielo con la propuesta de los ganaderos para permitir la caza de jabalíes en fincas privadas con la única condición de que la persona que abata al animal tenga licencia de armas. "Es una medida que llama al furtivismo", clamó ayer el presidente de la Coordinadora Ecoloxista d'Asturies, Fructuoso Pontigo. Desde su punto de vista, abrir la puerta a esta propuesta es "sembrar el descontrol" en la gestión de la fauna salvaje en Asturias.
"Ya ahora hay furtivismo y resulta complicado saber el número exacto de animales que se cazan", señaló Pontigo. Es por eso que, de permitirse esta nueva fórmula para controlar la especie, "estaríamos hablando del principio del fin del jabalí". Los ganaderos aseguran que este tipo de cazas dan buen resultado en otros puntos de Europa, como Francia y Alemania. "Los daños este año son casi diarios y se producen también pérdidas entre la cabaña ganadera", señalaron los portavoces de la Asociación Ganadera de Afectados por el Llobu (Agall). En este punto, matizaron que entre los daños se incluyen los animales que huyen al ver al jabalí en las propiedades.
Pontigo considera que los productores "se hacen ahora las víctimas de un problema que ellos mismos llevan años inventando". Y es que el único depredador que persigue al jabalí en su medio natural es el lobo, animal denostado por los ganaderos de la comarca durante los últimos años: "Primero persiguieron al lobo y consiguieron que fuera el enemigo público número uno, ahora quieren hacer lo mismo con el jabalí", señaló Pontigo. Es una postura muy parecida a la que han defendido los cazadores en el concejo de Mieres.
El conservacionista reconoce que la población de jabalíes puede haber aumentado, pero no tanto como parece: "Los datos del censo en el Principado son los mismos", señaló. Además de una menor población de lobos en Asturias, apunta al "abandono de la zona rural" como otra posible razón".
