"Busco asistenta de hogar. Sólo españolas". "Se busca camarera para un bar en el centro. Absténganse extranjeras". Heydi Polanco, natural de la República Dominicana y residente en Mieres, ha encontrado muchos anuncios como estos en su larga búsqueda de empleo. Dice que esas puntualizaciones duelen, aún más, en lugares con pocas oportunidades laborales. La falta de empleo y una mayor dificultad para integrarse desde que empezó la crisis son las razones que encuentran los colectivos de inmigrantes para explicar la baja tasa de extranjeros en las Cuencas mineras. El porcentaje de asturianos inmigrantes es de un 4 por ciento, frente al 2 por ciento que registran Mieres y Langreo, concejos cabecera del Caudal y el Nalón.

Heydi Polanco es una de las alumnas del curso "Emprendimiento y competencias", que ofrece la Fundación Mujeres con la colaboración del Ayuntamiento de Mieres. Está financiado a través de la Secretaría General de Inmigración y el Fondo Social Europeo. Ana Amado es la formadora: "El objetivo es mejorar la alfabetización digital, también la motivación para el acceso al empleo o el autoempleo", destaca Amado. Este programa, en concreto, está dirigido a mujeres extranjeras no comunitarias.

Desmontar estigmas. "Nos centramos en los colectivos de mujeres que tienen más difícil encontrar un empleo", señaló. A la desigualdad entre sexos se une, en este caso, que las demandantes son extranjeras. ¿Cómo afronta Heydi Polanco los mensajes de "no extranjeras" en los anuncios de trabajo? A juzgar por su respuesta, con resignación: "Quizás haya personas que piensan que nuestras costumbres son distintas, que no estamos formadas". Lo piensa un poco, como si doliera: "Quizás es racismo", sentencia más tarde.

Las asociaciones de inmigrantes dicen que la crisis ha sacado lo mejor y lo peor de las personas: los solidarios, son ahora más solidarios. Los que no son altruistas, ahora lo son aún menos. Gladys Nieves lleva décadas presidiendo la asociación de mujeres inmigrantes "Las Golondrinas". Desde hace unos años, ha vivido la parte más cruda de la xenofobia: "Claro que hay discriminación en el mercado laboral", sentencia, rotunda, esta uruguaya. Y hay otro problema añadido: "Antes había puestos que los españoles no querían, y quedaban para nosotros. Pero la cosa está ahora tan difícil que poca gente rechaza un trabajo".

Heydi Polanco lleva un año en búsqueda activa de empleo. Llegó a Mieres hace tres, para unir a su familia: "Mi marido ya estaba aquí, pero es que una familia dividida no funciona bien", afirma. Reconoce que, quizás, la formación básica que adquirió en la República Dominicana no está al mismo nivel que la que ofrecen las escuelas de España: "Pero nos estamos molestando, estamos intentando ponernos al día", recalca, mientras hace uno de los ejercicios de alfabetización digital que está en el temario del curso "Emprendimiento y competencias".

Es de las que resiste y, por el momento, no tiene previsto abandonar las Cuencas. Muchos vecinos inmigrantes sí lo hicieron, asegura Gladys Nieves, y "volvieron a su país o se fueron a un lugar con más oportunidades". Ese éxodo de vecinos extranjeros ha traído una desmembración de los colectivos de inmigrantes. Desde que llegó la crisis, "Las Golondrinas" ha pasado de ser una entidad con centenares de socios a sobrevivir con sesenta.

Los inmigrantes caen sin red. "Si no tienes una comunidad, un apoyo, una familia, quedarte sin trabajo es una desgracia", explica Gladys Nieves. No es el caso de Heydi Polanco que, además de su familia, cuenta con un grupo de amigas. Casi tantas como las que ha hecho su hija en el colegio: "Está encantada, profesores y compañeros son buenísimos", afirma la madre.

No es igual de fácil para todos los pequeños. Gladys Nieves alerta de un incremento de racismo también en las aulas: "'A ti no te paso la pelota, porque eres negro', se lo dijeron al hijo de una chica que es miembro de nuestra asociación. Eso es que lo escuchan en casa, en esta situación es normal que la gente se vaya".

Los datos del Instituto Nacional de Estadística (INE) le dan la razón. Langreo y Mieres suman 2.008 vecinos inmigrantes, curiosamente, 1.004 en cada municipio. Los extranjeros de la República Dominicana en Mieres, como es el caso de Heydi Polanco, suponen un alto porcentaje: hay 65 dominicanos censados. En Langreo, sólo 16. En ambos municipios predominan los inmigrantes de Europa: 575 en Langreo y 607 en Mieres. Son muy pocos los vecinos de Bolivia, el país con menor presencia en las Cuencas, con una persona censada en Langreo y dos en Mieres.

Ni los anuncios que lanzan estigmas ni algunos comentarios aislados deslucen lo que, a juicio de Heydi Polanco, es lo mejor de las Cuencas: las buenas personas que se ha encontrado en los últimos tres años. Está integrada, aunque no tanto como su hija: "Los niños tienen la capacidad de adaptarse mejor a los cambios". Pequeñas dosis de resiliencia.