La Nueva España

La Nueva España

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

El reloj de Langreo se queda mudo

Una queja vecinal por el ruido ocasionado por las campanadas obliga a suprimir el sonido del cronógrafo del Ayuntamiento, una joya centenaria de gran complejidad

10

El reloj del Ayuntamiento de Langreo

Son las doce en punto de la mañana y en lo más recóndito del Ayuntamiento de Langreo, en un espacio abuhardillado alejado del trajín cotidiano de concejales y funcionarios, está a punto de comenzar un singular baile que se reproduce cada hora. Con el último movimiento del minutero, las ruedas, poleas, pesas, engranajes y cables del reloj de la Casa Consistorial -un ingenio mecánico centenario de procedencia centroeuropea- comienzan a ejecutar su danza ritual previa a las campanadas. Los martillos se ponen en posición para golpear las campanas y justo en ese momento... el silencio.

Desde hace un par de semanas el reloj del Ayuntamiento de Langreo está mudo. No se escuchan los cuartos ni las campanadas porque esa parte del mecanismo se ha desconectado. "Unos vecinos presentaron una queja por el ruido que se producía y un informe de los técnicos corroboró que estábamos por encima del límite permitido, así que lo desconectamos", explica el alcalde, Jesús Sánchez, que añade: "Ahora estamos estudiando la posibilidad de colocar unas gomas o algún elemento similar en los martillos para amortiguar el sonido y poder recuperar las campanadas".

La supresión del mecanismo para silenciar las campanas no sólo ha dejado mudo al reloj. También ha desajustado su funcionamiento, con lo que no da la hora correcta. Así lo explica Juan Jesús Pérez, relojero de La Felguera que se ocupa del cuidado de la máquina desde hace dos años. "Se trata de un mecanismo muy complejo y, al retirar los cables de acero de las campanas, se ha descompensado. Ahora estamos haciendo pruebas en los pesos de los engranajes para que vaya ajustándose todo".

Los caminos de Pérez y del reloj del Ayuntamiento se unieron hace algo menos de dos años, un 30 de diciembre de 2014. "El reloj se había estropeado y me llamaron para que lo echara a andar y pudiera dar las campanadas de fin de año. Fueron dos días de trabajo intenso, pero volvió a funcionar". Con la llegada del nuevo gobierno se planteó reemplazarlo por un reloj eléctrico, similar a los que existen en la mayor parte de los ayuntamientos. "En cuanto lo vieron apostaron por arreglarlo en lugar de cambiarlo. Hablamos de una máquina de unos cien años, de procedencia suiza o alemana. Joyas como esta no suelen verse con frecuencia".

Dentro de las mejoras acometidas por el Ayuntamiento se limpió toda la estructura y se acondicionó en profundidad el habitáculo. "La idea es poner unas puertas acristaladas para que los vecinos que estén interesados y la gente especializada es este tipo de máquinas puedan visitarlo", indicó Elías López, edil de Obras.

Compartir el artículo

stats