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Un bien cultural en ruinas

El sanatorio de Bustiello está muy deteriorado, con cristales rotos, daños en la cubierta y maleza en las paredes, a pesar del expediente de protección que ha iniciado el Principado

Arriba, una de las salas del edificio, totalmente destrozada. Debajo, una pintada en la pared de una habitación con la ventana rota. SILVEIRA

Este BIC es una ruina. El sanatorio de Bustiello, que forma parte del conjunto histórico que el Principado protegerá como Bien de Interés Cultural (BIC), está muy deteriorado. Rara es la ventana a la que le quedan cristales y el tejado se ha venido abajo. La maleza cubre las paredes y el entorno. Y nada se limpia, se repone o se repara, a pesar de que el expediente para proteger el inmueble ya está en marcha.

La Consejería de Cultura, Educación y Deportes anunció el pasado mes de noviembre, a través del Boletín Oficial del Principado de Asturias (BOPA), el inicio del expediente para la protección del poblado de Bustiello. El poblado se construyó dentro de una política de paternalismo empresarial desarrollada por los marqueses de Comillas, entre 1890 y 1930. Los responsables regionales decidieron iniciar la protección del lugar al considerar que es "un ejemplo paradigmático de poblado minero de promoción empresarial". El "conjunto histórico" incluye también los cuarteles de Santa Bárbara, la mina de montaña "Dos Amigos" y sus instalaciones vinculadas.

El sanatorio de Bustiello, cuya titularidad corresponde al Principado de Asturias, es uno de los inmuebles más llamativos del poblado. El edificio data del año 1902 y muestra elementos modernistas en su fachada. La escuela de niñas se adosó en 1921 y la farmacia completó el conjunto, en el año 1924. La Administración regional reparó el edificio entre los años 1998 y 2000, a través de una escuela taller de Arqueología Industrial. Una vez finalizadas las obras, nadie se preocupó de su mantenimiento. El hospitalillo quedó abandonado a su suerte.

Y así empezaron los daños. Desde entonces y hasta ahora, el sanatorio ha sufrido actos vandálicos y robos. En 2013, los vecinos de la localidad denunciaron que una de las puertas de entrada estaba abierta. También criticaron el abandono y que se estaban produciendo daños estructurales: cristales rotos, contraventanas destrozadas y suelos levantados. Un deterioro que no hizo más que agudizarse. Unos meses más tarde, una parte del tejado se derrumbó. De nuevo hubo críticas vecinales, más por lo que podría ocasionar ese desprendimiento que por lo que había pasado: temieron que el daño en la cubierta llenara el interior del inmueble de humedades y que se produjeran desperfectos irreparables.

Situación actual

La situación del edificio va a peor, a pesar de las novedades sobre el poblado de Bustiello. La fachada, uno de los rasgos más característicos del sanatorio, está parcialmente cubierta por pintadas -algunas artísticas y otras menos-. El emblemático inmueble duerme prácticamente al raso, ya que no hay ninguna ventana que haya sobrevivido a estos últimos años de abandono. La cubierta cada día tiene menos tejas y se filtran las goteras. Una situación que, tal y como predijeron los vecinos, ocasiona la aparición de humedades en el interior. Y los patios, atrás orgullo para el poblado, ahora están totalmente cubiertos por la espesa maleza.

Los responsables municipales denunciaron la situación del hospitalillo en varias ocasiones. Criticaron la gestión del Principado y la "falta de atención" hacia los restos industriales del concejo. La apertura del expediente para su protección como Bien de Interés Cultural puede significar un cambio de rumbo en la política patrimonial. También la salvación para el sanatorio.

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