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JAVIER MARTÍNEZ | Director de la estación invernal y de montaña de Valgrande-Pajares

"Hay que acabar con la inercia negativa y de pesimismo que hay sobre Pajares"

"El remonte de Cuitu Negru se cerró por seguridad, aunque no tendrá un efecto tan sensible porque su capacidad era de 480 personas a la hora"

Javier Martínez, en Valgrande-Pajares. FERNANDO GEIJO

Con menos de un mes en el cargo, Javier Martínez (Rodiezmo, 1979) ya tiene las ideas claras de por dónde debe caminar el futuro de Valgrande-Pajares. El nuevo director de la estación lenense, casado con una mierense, ciudad en la que reside, y padre de un hijo, mantiene un vínculo con el complejo invernal desde pequeño, cuando su padre comenzó a esquiar allí junto a su fundador, Chus Valgrande. Su meta principal, en estos primeros meses, será la cerrar la ola de pesimismo que durante los últimos tiempos se ha venido generando. A partir de ahí, vendrá lo demás.

-Acaba de llegar a la estación. ¿Cuáles han sido sus primeras impresiones?

-Llegar a un sitio al que adoras y quieres, porque allí empecé a esquiar, siempre supone una sensación positiva. Ahora mismo estamos en una toma de contacto e intentando marcar mi forma de trabajar y un ritmo con la plantilla. Vamos a intentar orientarlo todo hacia los objetivos a los que creo que nos debemos de dirigir, que pasan por la satisfacción del usuario. Me he encontrado con gente con mucho arraigo hacia la estación, muy motivada y con muchas ganas de trabajar.

-Llega a una de las estaciones más emblemáticas de España. ¿Supone una responsabilidad añadida?

-Que duda cabe que dirigir una estación como Pajares es una responsabilidad. Que ser emblemática es un añadido, tampoco hay duda. Pero creo que la mayor exigencia y la presión más grande no viene por ahí, sino por lo que yo siento por esta estación. Y para mí no sería lo mismo ser el director de cualquier otro complejo que de Valgrande-Pajares. Entiendo que supone un plus de ganas y de motivación de hacer las cosas de la mejor forma posible.

-¿De dónde le viene ese amor por Pajares?

-La gente que siempre ha esquiado aquí me puede entender. Fue donde empecé y cuando no esquías en Pajares, valga el símil, parece que estas siendo un poco infiel. Seguro que hay muchos esquiadores que me entienden. A mis compañeros de carrera les llegué a obligar a esquiar en Pajares. Mi padre fue esquiador y fue de la gente que se inició con Chus Valgrande, en el año 1964. De ahí me vino la afición al esquí y con 7 años empecé y competí hasta los 22 con la Federación Asturiana. Por culpa del esquí estudié INEF en León. Y Pajares siempre fue el punto de referencia.

-Los complejos invernales suponen lugares para la práctica del deporte, pero también son referencias turísticas. ¿Es fácil conjugar ambos ámbitos?

-El deporte y el turismo, ahora mismo, no se pueden entender uno sin el otro. Tenemos que pensar que como estación de esquí asturiana damos un servicio deportivo a la gente de Asturias, pero hay que ir más allá para atraer a gente de fuera. Y por eso toda gestión debe de ir encaminada a las dos cosas: deporte y turismo. No puede ser lo uno sin lo otro. Tenemos que desarrollar más actividades que atraigan turistas y que además les invite a alargar sus estancias aquí. Hay que intentar tener tantos recursos y actividades como para que la gente que venga un fin de semana quiera quedarse una semana. Además, en Asturias tenemos la suerte de que estamos en una situación privilegiada. ¿Cómo se le puede decir a un madrileño que en 35 minutos desde Mieres puede estar esquiando o en una playa? Ese tiempo lo pierden todos los días para ir a trabajar. Somos privilegiados y hay que aprovecharlo, porque aunque a nosotros nos parece normal, no es así. Hay un potencial enorme.

-Llega en un momento difícil para Pajares, con un remonte menos esta campaña y parte del sector hostelero muy descontento. ¿Cómo lo afronta?

-En realidad no lo veo tan negativo. Es verdad que hay un remonte menos, pero hay que ver la incidencia que tiene. Hablando con los datos oficiales, es un remonte que tarda 17 minutos en llegar arriba y tiene una capacidad de 480 personas por hora. No estamos hablando de algo que sea excesivamente sensible. Podríamos estar en una situación más ideal, evidentemente, pero esa merma no es tan grande como parece que se ha ido generando. Lo que hay que hacer es buscar fórmulas para ser lo más eficientes con lo que tenemos. Y firmemente creo que se nos dará la razón en que el cierre no es tan grave.

-¿Le ha dado tiempo a recabar datos sobre la situación de Pajares y el cierre del remonte?

-El cierre del telesilla Cuitu Negru se realiza por cuestiones de seguridad. La vida media de los transportes por cable viene a ser de 40 años, cifra que se ha superado ampliamente. No se le podía pedir más al remonte. Ahora, con las revisiones se vio que había un problema de seguridad en una instalación que llegó al fin de su vida útil. Y ante un problema así, no vamos a ir hacia adelante.

-¿Cuáles son a su juicio las necesidades de la estación?

-Creo que lo primordial es romper con esta inercia de negativismo y pesimismo que hay sobre la estación. Es lo esencial. Hay que aunar fuerzas y ver que no estamos tan mal. El que va a iniciarse en la actividad, y ha escuchado cosas tan negativas va a tener miedo de subir a Pajares, cuando muchas cosas son mentira. El que lo desee podrá esquiar en la estación tranquilamente y sin problemas. El primer asunto que hay que afrontar es romper con eso y a partir de ahí lo demás. Hay que generar confianza y con todo lo que se ha ido generando, la impresión para la gente de fuera no es la idónea. A partir de ahí, contar con remontes o con otras instalaciones sería lo ideal. Para cualquier persona que gestiona una instalación el deseo es mejorarla día a día, por supuesto, pero lo primero es acabar con la ola de pesimismo.

-Esta temporada, como la anterior, está marcada por la falta de nieve a su inicio. ¿Cómo se afronta esta situación?

-A mí, personalmente, me genera mucha ansiedad. Y supongo que al usuario le pasa un poco lo mismo. Desgraciadamente, control sobre la meteorología no tenemos. E incluso con el proceso de inversión térmica, no podemos hacer nieve. Nosotros, en la estación, estamos ansiosos por empezar a trabajar, pero sólo nos falta la nieve para que se llene. La sonrisa del usuario es la nuestra y no hay que darle más vueltas. Ahora bien, la situación es mala en toda Europa. Lo que pasa es que en los Alpes, por ejemplo, tienen mil metros más de altura y pueden arreglarse con los sistemas de innivación artificial.

-¿Es posible remontar luego el vuelo y seguir atrayendo usuarios?

-Nosotros desearíamos tener nieve toda la temporada, es obvio. El perfil de nuestros usuarios, del que conoce la Cordillera, sabe que estas temporadas ocurren. Nuestros deportistas, por lo general, nos tienen a nosotros como su estación de uso cotidiano, y el que puede, una vez en la temporada se pega un homenaje fuera. Ese suele ser el uso nuestro. Ahora, lo que nosotros tratamos de buscar es ser nosotros ese homenaje para los usuarios habituales de otras estaciones. Volviendo a la pregunta, cuando la campaña se retrasa es más complicado remontar el vuelo. Cuando haya nieve, lo que nos queda es ser eficientes y ofrecer calidad.

-¿En qué va a basar su gestión? ¿Qué planes tiene?

-Lo único que pretendo es que el servicio que demos sea lo más orientado posible a los múltiples usuarios. Ya no hablamos del esquí y el snowboard tradicional. Los cambios en las disciplinas han sido importantes y tenemos que ir a ofertar cosas un poco más novedosas. Usuarios también son los que van con trineos o hacen travesía o van con raquetas o simplemente suben a tirar bolas de nieve.

-Entiendo que lo primordial va a ser ampliar actividades.

-La diversificación de la actividad puede ayudar en la lucha contra el estancamiento de la estación. Tenemos que buscar la forma de atraer a la gente en invierno y en verano. Necesitamos actividades más novedosas para que la gente puedan venir. Ya se han venido haciendo muchas cosas y actividades tanto en invierno como en verano, pero lo que ahora buscamos involucrar a más entidades, desde clubes a la iniciativa privada, para que apuesten por impulsar actividades en Pajares. Y también tener un amplio calendario, fuera de la actividad clásica, con una periodicidad más concreta. Por ejemplo, si hacemos una marcha nocturna, a lo mejor puede ser al mes o una cada quince días. Y conjugar también la parte lúdica con el turismo familiar.

-Asturias tiene otra estación, Fuentes de Invierno. ¿La conoce? ¿Qué opinión le merece?

-Es una estación muy bien pensada y muy bien diseñada, y con Pajares puede ser un complemento perfecto. Que Asturias tenga dos estaciones que entre ambas sumen tanta variedad es lo más positivo desde un punto de vista turístico. El Principado debe de ser el referente de nieve en la Cordillera. Y hay que acabar con una rivalidad que parece absurda, ya que juntos vamos a ser más fuertes. Dividir esfuerzos no es bueno y, por lo tanto, creo que debemos caminar juntos y ofrecer más variables. Jugar todo el día a lo mismo puede ser aburrido, pero tener dos estaciones tan distintas es un punto a nuestro favor.

-¿Cuáles son los atractivos de Pajares?

-Son muchos. Se podría decir, que en lo referente al esquí es la estación total. Hay pistas de iniciación muy buenas, pistas difíciles, para todos los niveles. El esquiador de Pajares ha sido conocido por fuera como un muy buen esquiador. El diseño de las pistas es fantástico. La gente que sabe un poco de esquí sabe que lo único que le falta a Pajares son 1.000 metros más de altura. Pero desde un punto de vista técnico, la estación es perfecta. Jesús Suárez Valgrande puso la estación clavada.

-¿Qué deseos tiene para esta temporada?

-Que nieve ya. Que la gente pueda disfrutar de la estación. Tampoco hace falta que nieve hasta un espesor de tres metros, pero con tener una buena capa de metro y medio, y que la gente pueda empezar a practicar su deporte favorito. Y como deseo, que se genere una ilusión de nuevo, y que la gente quiera generar actividad y conseguir una ola positiva para la estación.

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