La carta escrita, el roscón en la nevera y las zapatillas listas para cobijarse bajo el árbol a la espera de servir de mullido cojín para los regalos. Miles de mierenses se echaron ayer a las calles para dar la bienvenida a los Reyes Magos. La mayoría de padres con niños pequeños disfrutaron de una luminosa cabalgata tranquilos tras dejar en casa todo preparado para afrontar la noche más mágica y distendidamente tensa del año.

"Ahora a cenar y rápido para la cama". Una joven madre le indicaba a su hijo al término del desfile el camino que debía recorrer para hacer menos fastidiosa la espera. El pequeño, vestido con traje de pastor, respondió enganchándose de la mano de su progenitora, dejando patente su intención de obedecer sin rechistar. Él, junto a otro medio centenar de figurantes, asumieron ayer la tarea de "escoltar" a Melchor, Gaspar y Baltasar en la multitudinaria cabalgata de Reyes de Mieres.

La cita mantuvo el tono de los últimos años y fue un rotundo éxito de participación. Ya desde el inicio de la marcha, en las proximidades del campus de Barredo, las aceras se llenaron de gente deseosa de aplaudir el paso de sus Majestades. Al final se repartieron más de 1.400 kilos de caramelos. Esta dulce estela permitió a los niños seguir a los Reyes Magos por todo el centro de Mieres hasta el parque Jovellanos, donde los tres protagonistas de la noche, con sus vistosos ropajes y su amable séquito, atendieron personalmente las peticiones de última hora. "Tienes cara de bueno, pero me han dicho que eres un poco revoltoso", le apuntó cariñosamente Baltasar a uno de los más pequeños, que parecía espacialmente inquieto. "Me han dicho en catequesis que si te arrepientes te perdonan, y yo estoy muy arrepentido", le contestó convencido el niño, que este año hará la Primera Comunión en la iglesia de San Juan.

La preparación de la cabalgata de Mieres lleva ya trece años bajo la tutela de la Asociación Cultural y Minera Santa Bárbara, que ha logrado en este tiempo dar brillo a una desfile que a principios de los noventa había perdido prácticamente toda su magia. Además de los figurantes, la cabalgata de Mieres contó ayer con ochenta personas dedicadas a la seguridad. Como ya viene siendo habitual, se prohibió el uso de sprays en el desfile, ya que si bien el fuego se ha sustituido casi por completo por luces led, la organización considera peligroso el uso de estas espumas, ya que incluso pueden asustar a los animales que participan en el desfile, sobre todo a los caballos.

La cabalgata de Mieres tuvo su toque regional. El desfile lo abrieron María, José y el pequeño Jesús. Al quedarles lejos el portal de Belén, fueron agasajados por los mierenses bajo un hórreo. Tras ellos, otras seis carrozas iluminaron las calles de Mieres logrando que la ilusión brillase en los ojos de los más pequeños.

Aunque la parada en Mieres fue especialmente entusiasta, los Reyes Magos tuvieron ayer también tiempo para visitar un importante número de localidades de la comarca. En Riosa arrancaron su visita desde el Ayuntamiento. Lena, Morcín y Aller también estuvieron en la hoja de ruta de sus majestades, que hoy ya habrán remontando de nuevo el puerto de Pajares.