A Sofía Manso no le gusta presumir, pero muchas abuelas alleranas recuerdan que esta mujer fue una suerte de "Coco Chanel" de Caborana. Manso puso en marcha un taller de costura en la localidad que traspasó fronteras y vistió de novia a varias generaciones. Un gusto, talento y visión para la moda que ella practicaba a diario: fue la primera mujer del concejo que vistió pantalones.
No sabe Sofía Manso cómo cayó en sus manos esa revista. Una publicación de moda algo raída y sin portada, ilustrada con fotos de chicas que presumían de muslos amén de unos pantalones de talle alto. "De aquella ninguna mujer ponía pantalones, era como una provocación. Pero yo me hice unos porque me parecían más cómodos y porque me gustaba ir a la moda", afirma. Nadie se atrevió a decirle nada, "yo tenía mucho carácter", pero sabe que hubo comentarios: "Luego los pusieron todas", ríe.
Tras aquel primer pantalón, hubo muchos más. Manso puso en marcha un taller de costura que tenía muy buena fama: "Yo lo que hice fue trabajar mucho y bajar los precios, era ropa barata para que viniera la gente". También calidad y buenas hechuras, sobre todo en vestidos de novia. Vistió a varias generaciones de alleranas en el día más importante de su vida. Tantos encargos recibía que tuvo que emplear a tres chicas del concejo.
El negocio sólo duró catorce años, porque su madre enfermó: "Ya tenía lo del nenu que estaba mal, y además mi madre, no podía con todo", reconoce. Dice que, desde que su hijo estuvo enfermo, no ha experimentado la felicidad completa de nuevo. Pero algo muy parecido vivió el pasado fin de semana, cuando toda la familia se reunió en un restaurante para festejar su siglo de vida. Allí estaban todos, incluso la familia que vive fuera de España. También su hermana y sus sobrinos Jaime y Estrella, a los que adora.
