Los sindicatos Comisiones Obreras (CC OO) y SOMA-FITAG-UGT iniciaron ayer un encierro en las oficinas de Hunosa, en señal de protesta por las subidas de las prejubilaciones y los traslados de trabajadores del pozo María Luisa. La movilización de las centrales, afirman, es "una explosión" tras soportar años de "incumplimientos constantes". Los detonantes, no obstante, fueron dos: la falta de promociones para garantizar una correcta "arquitectura de plantilla" que permita afrontar el plan industrial -que habrían de producirse antes de los traslados del pozo María Luisa-, y un desacuerdo sobre la subida del IPC a los trabajadores prejubilados: la hullera propone descontar de la subida de 2016 los índices negativos de 2014 y 2015. Además del encierro también hubo una protesta ante la sede de la compañía, en Oviedo, y no se descartan movilizaciones "más contundentes", si no hay respuesta positiva de la empresa.

Los sindicatos acudieron ayer, a las once de la mañana, a la sede de Hunosa para mantener un encuentro con la dirección. A primera hora de la tarde, tras una reunión infructuosa, iniciaron el encierro dos líderes sindicales: el secretario de Organización del SOMA, José Luis Fernández Roces y el secretario general de CC OO Industria, Rubén García. "Entendemos que lo vivido hoy en el encuentro con la dirección de Hunosa no es más que otra provocación a los agentes sociales y a los trabajadores", señaló Gerardo Cienfuegos, secretario de Minería del SOMA.

Hunosa, según el líder sindical, debe presentar un plan sobre la reorganización de la plantilla antes de acometer ningún traslado desde María Luisa (pozo clausurado el 31 de diciembre de 2016). Y ese plan, afirman las centrales, ha de contener las promociones necesarias para garantizar "una estructura sólida que garantice el cumplimiento del plan industrial".

Y es que, apuntó Cienfuegos, Hunosa no promocionó trabajadores entre 2012 y 2014. Sí lo hizo en 2015, aunque los ascensos se contaron con los dedos de una mano y con el compromiso de seguir con la reestructuración en 2016.

No fue así. Y tampoco está previsto acometerla en el traslado de trabajadores de María Luisa: "La empresa nos ha confirmado hoy que se harán sin ningún tipo de consenso, desdiciéndose así del acuerdo previo", señaló Rubén García. Y, en este punto, no hay marcha atrás: "Nosotros mantenemos que hay un déficit brutal de promociones en una empresa con una actividad tan peligrosa", destacó.

Tampoco hay lugar para la negociación en el desacuerdo sobre el IPC. "Está firmada la subida real anual", destacó Cienfuegos. Sería, por tanto, una subida del 1,6 por ciento. Pero la propuesta de Hunosa pasa por descontar el IPC negativo de 2014 y 2015: 0,7 y 0,3 respectivamente. Por lo tanto, la subida que marca la dirección sería de un 0,6 por ciento.

Los sindicatos consideran que esta forma de actuar de Hunosa, "rompiendo acuerdos de forma sistemática", están relacionados con "el nulo interés del PP por el mantenimiento del sector". "María Teresa Mallada (presidenta de la hullera pública) abandera una gestión torticera para que todos los puntos incluidos en el plan industrial fracasen", criticó Cienfuegos. Lo que buscan las centrales es que se cumplan "todos los puntos" del citado documento: "Actualmente se queda al cincuenta por ciento, o menos, de los objetivos", afirmó. Los sindicatos esperan ahora por una respuesta de la empresa. Si no la reciben, habrá nuevas protestas.