Los sindicalistas encerrados en las oficinas centrales de Hunosa, en Oviedo, abandonaron a primera hora de la noche de ayer la protesta tras llegar a un acuerdo con la empresa para seguir negociando sobre la subida de las prejubilaciones y los traslados de los mineros de María Luisa. Sin embargo, horas antes, la hullera pública daba su versión de la situación y valoraba que "siempre se ha atendido al contenido de los acuerdos firmados con las centrales", al tiempo que censuraba la actitud de los sindicalistas, a los que acusaba de mantener "actitudes exaltadas". Mientras, desde los sindicatos indicaron que se había logrado el objetivo de seguir negociando "tras la presión ejercida" por sus responsables.

Después una mañana de reuniones informales entre los responsables de la empresa y los dos sindicalistas encerrados, José Luis Fernández Roces (SOMA-FITAG-UGT) y Rubén García (CC OO de Hunosa), la dirección de Hunosa decidió matizar la situación, explicando que las dos cuestiones en entredicho (IPC y traslados) "no guardan ninguna relación entre sí".

En el caso de las prejubilaciones, la hullera afirmó que "nunca se ha planteado otra cosa que aplicar estrictamente los incrementos de las prejubilaciones pactados en cada ERE". Los sindicatos reclamaban a la empresa la subida del 1,6 por ciento en los emolumentos de los prejubilados, mientras que la hullera propone descontar del incremento de 2016 los índices negativos de 2014 y 2015. Quedaría así en un 0,6%.

En el caso de los traslados de los trabajadores de María Luisa, la empresa dejó claro que "se acordó en el plan de empresa 2013-2018 con las organizaciones sindicales, incluyendo este plan el cese de la extracción de carbón en el pozo María Luisa". Además, abundó en que "Hunosa garantiza la continuidad laboral en la empresa de todos los trabajadores de su plantilla del pozo María Luisa, según se establece en los acuerdos firmados con los sindicatos, adscribiendo este personal a los pozos que permanecen abiertos".

La dirección de la hullera criticó la actitud de las centrales, ya que según apuntó "la organización del trabajo y de la plantilla corresponde a los responsables de los centros a los que son adscritos los trabajadores y no a algunos dirigentes sindicales que quieren apropiarse, en sus propias palabras, de algo que denominan 'arquitectura de plantilla'".

La empresa valora que hay una razón oculta en la movilización sindical, y asegura que el verdadero motivo es "la reclamación de mejoras económicas vinculadas a los traslados". Además, argumenta esta aseveración en que los traslados se han venido negociando "durante los últimos meses, por lo que consideramos injustificadas las actitudes exaltadas de algún dirigente sindical que no contribuye en nada a la consecución de acuerdos e incluso pone en riesgo la necesaria adecuación de los procesos productivos".

Por la tarde, Roces y García mantuvieron un nuevo encuentro con la empresa del que salieron moderadamente satisfechos. En el caso de los traslados o "planificación industrial", como ahora lo denominan, el acuerdo fue el de seguir negociando en el día de hoy. Sobre el IPC, las centrales entienden que la empresa ya ha admitido que no las tocará. Todo ello llevó a levantar el encierro para continuar la negociación.