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Fucomi se ahoga al perder en siete años el 70% de las ayudas regionales de formación

Los programas de inserción laboral de la Fundación Comarcas Mineras llegan en la actualidad a 145 usuarios, frente a los 1.800 de 2009

Participantes en uno de los últimos cursos que ha desarrollado Fucomi. FERNANDO GEIJO

A día de hoy, la Fundación Comarcas Mineras (Fucomi) apenas cuenta con una treintena de alumnos en un Taller de Empleo y otros 15 en un curso que se va a poner en marcha. Otro centenar de personas utiliza su programa "Avante", enfocado a ofrecer a los usuarios asesoramiento laboral. En total, unas 145 personas utilizan sus servicios. En 2009, la situación era bien distinta: casi 1.800 personas participaban en sus Escuelas Taller o en sus programas de inserción laboral, lo que supone una reducción del 92 por ciento. Una cantidad a la que habría que añadir los alumnos de los cursos de la Universidad Popular de las Cuencas, que en cada edición (eran dos anuales hasta su desaparición) contó con unos 900 alumnos.

El punto de inflexión en la trayectoria de Fucomi tuvo lugar en el año 2010, cuando el Principado realizó un recorte en sus aportaciones del 62,44%, pasando de 492.558 euros a 185.000. El organismo, dependiente de la entonces Consejería de Empleo que dirigía Graciano Torre, sufrió el "tijeretazo" más importante dentro de las fundaciones que tenía a su cargo. Finalmente, la financiación en Fucomi se cortó en un 70%, hasta los 150.000 euros anuales de la actualidad; en la Fundación para el Fomento de la Economía Social (FFES) la bajada fue del 11,33%, mientras que en la Fundación Asturiana de la Energía (Faen) no hubo recortes: 0% de variación respecto al año anterior.

Ese año 2010 Fucomi contaba con una docena de empleados fijos y 640.000 euros en su caja: en el 2000 eran 60.000. Además, se había realizado durante ese tiempo un plan para dotar a la Fundación de espacios propios en los que ofertar talleres y cursos. Al principio, Fucomi estuvo en el chalé de los Geólogos, en Mieres, desde donde pasó al pozo San José de Turón, un espacio que se rehabilitó, al igual que el pozo Sorriego (San Martín del Rey Aurelio) y las instalaciones de La Belonga (también en Mieres).

El ejercicio 2013 también fue clave para el devenir de la Fundación Comarcas Mineras. Sin llegar a los niveles máximos de actividad que llegó a mantener, seguía ofertando decenas de actividades y programas anuales, con una ayuda del Principado de 145.000 euros. En junio se negoció un nuevo convenio salarial que evitara los despidos. Hubo consenso, y a través de la reducción de salarios se evitarían las rescisiones de contrato. El entonces consejero Graciano Torre llegó a rubricar el 14 de junio el acuerdo, que nunca llegó a aplicarse. Previamente se habían producido disensiones: quejas por la reducción de las aportaciones, e incluso según algunas fuentes, la negativa a subirle el sueldo al hijo del sindicalista, ahora caído en desgracia, José Ángel Fernández Villa. En octubre, se despidió al gerente.

Los sindicatos -que forman parte del Patronato de Fucomi- afirmaron que iban a estar "vigilantes", pero en diciembre, justo antes de las Navidades, el día 23, se produjeron otros cuatro despidos. El denominado "plan de ajuste" de Fucomi se había llevado por delante casi a la mitad de su plantilla fija, y desde entonces, las ayudas y por lo tanto, la actividad de la entidad, no ha parado de descender.

Por el camino se quedaron proyectos como el de impulsar una escuela de comerciales, que habría tenido como sede un edificio en Carbayín (Siero, un concejo entonces gobernado por Foro, lo que no gustó en el Principado), y la utilización de las nuevas y renovadas instalaciones de las que disponía Fucomi en lugares como el pozo Sorriego, donde hay cabinas de soldadura apenas sin utilizar.

Este pasado año, a preguntas en una Comisión de la Junta General, el nuevo consejero de Empleo, Francisco Blanco, aseveró que había que "poner al día" la Fundación, y que se iba a aplicar una bajada "importante" de los salarios de los directivos "adecuándolos al momento actual y racionalizando así la estructura de costes para hacer a Fucomi más competitiva".

Es decir, que se iba a aplicar la bajada de sueldos acordada en 2013 y que no llegó a ejecutarse. En sus primeros 20 años de vida -se creó en 1993-, por Fucomi pasaron más de 20.000 alumnos, que participaron en más de un centenar de ciclos formativos entre cursos, talleres de empleo y escuelas-taller. Fucomi, además de ofrecer formación y un primer sueldo a muchos jóvenes de las Cuencas, también ayudó a arreglar y rehabilitar muchos de los equipamientos públicos existentes hoy en día en la comarca. Ejemplos de ello son las instalaciones exteriores del pozo San Luis de La Nueva, que forma parte del Ecomuseo del Valle del Samuño; la Casa de los Alberti de Ciaño; el chalet de Figaredo; la Casona del Bravial de Blimea; el aulario de la escuela de bebés de Pola de Laviana o de decenas de escuelas rurales, convertidas actualmente en viviendas sociales o de emergencia.

Este año, la Fundación sólo ha conseguido fondos de formación para un curso, a pesar de que había solicitado veintidós. Habrá que esperar unos meses para ver si corre la misma suerte con los talleres de empleo y las escuelas-taller. De ser así, la entidad podría estar abocada al cierre. Los sindicatos mineros y la Asociación Comarcas Mineras (ACOM) han defendido la continuidad del organismo, que, con datos en la mano, ya estaba herido de muerte antes del inicio de este último ejercicio.

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