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FLORENT MARCELLESI | Eurodiputado por Equo-Primavera Europea

"El cierre de las minas es como un duelo: se rechaza, se asume y se supera"

"Es el momento de afrontar la realidad; el carbón se ha terminado, pero esto no implica dejar colgados ni a los mineros ni a sus comarcas"

Florent Marcellesi, en la sede del Parlamento Europeo en Bruselas. L. DÍAZ

Florent Marcellesi es eurodiputado por Equo-Primavera Europea. Es el único europarlamentario español perteneciente al grupo de Los Verdes en Bruselas. Organizador de las jornadas "Un futuro post-carbón para las comarcas mineras", tiene claro que este tipo de minería y de actividad energética "no tiene futuro". Afirma que "es el momento de afrontar la realidad desde un punto de vista económico, climático y de la salud. El carbón se ha terminado, pero esto no implica dejar colgados ni a los mineros ni a sus comarcas".

-¿Por qué organizar estas jornadas?

-Vimos la necesidad de exponer alternativas a las cuencas mineras. Es el momento de asumir lo que pasa. Las ayudas al carbón se acaban y las minas van a cerrar en 2018. El acuerdo de París sobre cambio climático marca el camino a las energías renovables y a nivel de salud la quema de carbón influye. Están perdiendo su monocultivo económico del carbón y hay que poner sobre la mesa alternativas.

-¿Cuáles serían?

-Queremos una transición justa. Hay ejemplos de cambio exitoso, haciéndolo con los trabajadores, porque los mineros tienen futuro, pero un futuro que tiene que ser ecológico; pensando a largo plazo es lo mejor. El tema del carbón es muy complejo. Pero se basarían en la economía verde, ya están creando empleo: rehabilitación de edificios, energías renovables, investigación en nuevos materiales, movilidad sostenible, economía social y solidaria? aquí pueden encontrarse muchos empleos, porque en España no lo estamos desarrollando, y existe la oportunidad de hacerlo. Todo ello sin olvidar el pasado, el trabajo de muchísimas personas, en estas comarcas y en toda Europa.

-Faltan sólo dos años para el cierre de las minas, pero la reactivación económica, pese a los recursos invertidos, no ha llegado. ¿Qué hay que hacer en este tiempo para que no sea un periodo traumático?

-Dinero hubo, bastante, pero otra cosa es cómo se utilizó, para qué se utilizó y para quién se utilizó. Y por eso hace tiempo que pedimos una auditoría de los fondos mineros, aunque esto no explica todo. Quedan dos años de ayudas y no es el momento de estar parado. Hay que poner en marcha ya la transición. Hay atisbos de nuevas empresas, de impulso del emprendimiento? pero no se ha hecho con visión global, falta coordinación, desde el nivel local al autonómico, nacional y europeo, son agentes que hay que implicar a todos los niveles. Si hay dinero, hay que usarlo bien. Y a efectos prácticos, quienes lo han hecho bien tenían un objetivo claro, un objetivo en el que se implicó además a todos sus habitantes.

-Las minas españolas se cierran, pero sigue quemándose el de importación. ¿Qué pasará con estas térmicas?

-Las del carbón, a todos los niveles, tienen una muerte anunciada... Hay que mirar a la realidad y asumir cómo es. Y hay dinero y muchos fondos europeos para procesos de transición, energías renovables, que son el centro de la política energética europea. Pero hay un problema colectivo. Se quiere defender el carbón con uñas y dientes, cuando realmente el camino va por otro lado.

-¿Y cómo puede asumirse algo así?

-Es como un proceso de duelo. Al principio no nos creemos la muerte, desearíamos que no hubiese pasado. Lo siguiente que hacemos es aceptarlo y, a continuación, hay que superarlo, seguir hacia delante. En las cuencas mineras estamos entre el rechazo y la aceptación, hay que superarlo y afrontar la transición. Y estamos a tiempo de tener una transición planificada, porque las comarcas mineras tienen mucho potencial. Ahí está ese espíritu cultural y reivindicativo.

-Habla de apostar por las renovables, pero en España el Gobierno no lo está haciendo?

-El Ejecutivo de España está yendo por mal camino por todas partes. Ha puesto frenos a las renovables desde hace cuatro años, impuso el "impuesto al Sol", las trabas al autoconsumo, no se planifica el final del carbón? Se firmó un plan minero que ha rechazado la Comisión Europea; si se hubiera planificado hace quince años, no estaríamos donde estamos ahora.

-Las investigaciones sobre la captura de CO2, el denominado "carbón limpio", ¿pueden hacer que se mantenga el sector?

-No existe el carbón limpio, siempre contamina. Hay estudios que lo prueban, sigue contaminando y los acuerdos contra el cambio climático de París son claros, hay que terminar con las energías sucias. No hay debate entre carbón nacional o extranjero, hay que pasar a otras fuentes energéticas, un país como España tiene la capacidad de lograr su energía con las renovables, pero hay que hacerlo.

-Pero las renovables siguen siendo minoría en la generación eléctrica?

-Tenemos la posibilidad en unos años de hacerlo, hoy no es posible porque se han puesto trabas a las renovables. En 2050, hay que tener muy claro que Europa tiene que estar descarbonizada.

-¿En qué situación quedan entonces las comarcas mineras?

-El carbón no es necesario, pero hay que dar soluciones alternativas para que tengan actividad económica y no pierdan población. Es necesaria una transición exitosa; hay ejemplos en Francia que demuestran que los pueblos vuelven a tener capacidad de llamada. Y una cosa que mantener es el orgullo, pero creyendo en sí mismos. Lo importante no es encontrar otra gran industria que sustituya al carbón, otro monocultivo: es pasar a una red de pequeñas y medianas empresas, pero hay que darle un clima favorable. Y con coordinación, tanto en la atracción de empresas como en temas turísticos. Hay que evitar la competencia a nivel local, entre pueblos. Hay que hacer una planificación, es imprescindible.

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