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El futuro de la central de Iberdrola en Langreo

La térmica de Lada culmina una obra de 15 millones para reducir sus emisiones

La instalación de nuevos equipos de desnitrificación permitirá adaptar la actividad a la normativa europea y alargar la vida útil de la planta más allá de 2020

Las instalaciones de la central térmica de Lada, en Langreo. FERNANDO RODRÍGUEZ

Iberdrola ha finalizado las obras de instalación de los equipos de desnitrificación de los gases de combustión de su central térmica en Lada. El nuevo sistema, que ha supuesto un desembolso de 15 millones, permitirá adaptar la actividad de la planta langreana a las nuevas exigencias ambientales de la Unión Europea, más restrictivas, y prolongar la vida útil de la instalación más allá de 2020. Los equipos suponen una reducción de un 29 por ciento de las emisiones de óxidos de nitrógeno. Los 15 millones invertidos se suman a los más de 100 que Iberdrola ha desembolsado en los últimos años para reducir las emisiones y mejorar la operatividad en Lada.

"La obra ya se ha completado, después de la parada técnica que se acometió a finales del pasado año", explicaron responsables de la firma vasca. Las tareas habían comenzando en abril de 2016 y ya entonces fue necesario realizar una primera parada técnica de la central, que duró dos semanas. Tras la colocación de estos sistemas se puso en marcha un período de ajuste y pruebas, hasta alcanzar el pleno rendimiento de la instalación.

Las mejoras realizadas permitirán que el grupo IV de Lada (el único que sigue en servicio, tras el desmantelamiento del grupo III) adapte su funcionamiento a la nueva directiva europea sobre emisiones industriales. De esta manera se cumplen los nuevos límites máximos de óxidos de nitrógeno impuestos a partir del 30 de junio de 2020. Para esa fecha los niveles deben estar necesariamente por debajo de los 200 miligramos por normal metro cúbico. La reducción de las emisiones de óxidos de nitrógeno en la central de Lada será del 29 por ciento, según los cálculos que maneja Iberdrola.

La puesta en marcha del sistema de desnitrificación de los gases de combustión (SNCR) de la central de Lada ha significado un gasto para Iberdrola de 15 millones de euros. Esta cantidad se suma a otras inversiones impulsadas en los últimos años por la compañía vasca. Uno de los mayores desembolsos fue la planta desulfuradora, que costó 60 millones. Esta instalación ha permitido eliminar casi por completo las emisiones de dióxido de azufre (SO2) de la térmica. El sistema hace que las emisiones sean reconducidas a través de una serie de tubos que rodean el grupo termoeléctrico para pasar posteriormente a la propia planta de desulfuración, donde se retiran los gases del azufre.

En la planta de Lada también se han gastado 40 millones para mejorar la eficiencia operativa de la instalación. En concreto, se renovaron las torres de refrigeración y los motores de la turbina principal y de las auxiliares, y se sustituyó el condensador. Además, se realizaron trabajos para reducir el impacto sonoro de la central en la población.

Desmantelamiento

Otra de las obras realizadas recientemente fue el desmantelamiento del grupo III de Lada. La actuación supuso un gasto de 3,8 millones de euros para la compañía vasca. La retirada de los equipos concluyó a finales de 2015 y la obra se completó con los estudios de contaminación del terreno liberado y su asfaltado.

Los trabajos para desmontar la vieja térmica habían comenzado en julio de 2013. En un principio, las tareas se concentraron en la retirada de transformadores, aceites y combustibles, así como de los aislamientos térmicos.

Posteriormente, se las tareas se focalizaron en la retirada de la gran chimenea de Lada III, una estructura de alrededor de cien metros de altura. La última fase de la obra consistió en la eliminación de la caldera.

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