Si el plazo de admisión de alumnos para el curso escolar 2017-18 comienza el próximo lunes en Asturias, ¿para qué tanta prisa por parte de la Administración regional a la hora de fijar los conciertos educativos? Ese es el principal caballo de batalla del sector de la enseñanza privada concertada (30.000 alumnos, más de dos mil profesores y setenta centros) tras la publicación anteayer de la propuesta provisional de renovación de conciertos, que afecta a la baja a 23 centros de toda la región y a 34 unidades.

Carlos Robla, secretario de Escuelas Católicas de Asturias, entidad que engloba a las patronales FERE y Educación y Gestión, lamenta que el calendario "condicione el presente y el futuro de unos cuantos centros que tienen una trayectoria ejemplar desde hace muchos años".

Robla espera que tras el plazo de alegaciones "algunas de las aulas que la Administración propone cerrar puedan finalmente salvarse. Solo se necesita repasar un poco las ratios y tomar una decisión pero con perspectiva".

Una mala noticia

Una mala noticia

Dos sindicatos docentes viven una situación particular. CC OO y UGT tienen representación sindical en la enseñanza pública y en la concertada. Maximina Fernández (UGT) no entra en polémicas: "Cualquier supresión de una unidad escolar, sea de la red que sea, es una mala noticia porque supone una pérdida de empleo. Y eso vale para todos".

José Manuel Menéndez, de CC OO, señala que "la reducción de aulas se veía venir. En las cuencas, en concreto, la falta de niños es evidente", pero pide a la Administración y también al sector "un esfuerzo imaginativo".

El sindicalista recuerda los buenos resultados del acuerdo de centros en crisis tomado en el año 2000. "Aquello funcionó muy bien, nadie perdió su trabajo. Somos conscientes de que han cambiado las cosas y que hoy sería posible un acuerdo como aquel, pero hay que buscar soluciones", indica Menéndez.