Mafalda se muda a Reconcos, en Lena. La niña más protestona, irónica, reivindicativa y simpática del mundo del cómic -"hija" del historietista Joaquín Salvador Tejón Lavado "Quino"- vive sobre un pequeño hórreo de la localidad lenense. ¿Pero quién la ha llevado hasta ahí? Quico Torre, diestro en la talla de madera y marido detallista. El lenense ha elaborado esa pequeña Mafalda, réplica de la escultura del Parque San Francisco (obra del escultor de Pablo Irrgang), porque su mujer es una gran fan del personaje y de sus ocurrencias. "Es el mejor regalo que me ha hecho nunca", dice Elena Martínez. A ella y a todo el concejo porque, en los últimos días, muchos vecinos se han acercado a Reconcos para conocer a su nueva vecina.

A Mafalda no le gusta nada escuchar las historias sobre los planes de futuro de su amiga Susanita: casarse con un argentino acomodado, criar hijos guapos y ser ama de casa a tiempo completo. Durante años, en cientos de viñetas, la niña ha puesto los ojos en blanco cada vez que Susanita se perdía en los sueños de un futuro casadero. Pero seguro que Mafalda no torcerá el gesto cuando conozca la historia que la ha llevado hasta Lena.

Y eso que es la historia de dos personas que llevan cuarenta años casadas. "Nos conocimos en Villada de Palencia, yo soy de allí y él había ido a encofrar un colegio", explica Elena Martínez. Fue "un flechazo" para los dos y, en unos meses, ya estaban casados y viviendo en Lena.

"Yo siempre digo que no es nada detallista, que no me hace regalos", asegura ella con una sonrisa. Quico Torre tenía un as en la manga: "Ella iba mucho a Oviedo a ver a la Mafalda, así que un día le dije 'te voy a hacer yo una para que la tengas'. Se rió mucho, no lo creyó", relata él. Armado con un metro, volvió al parque San Francisco y tomó medidas. "Estuve allí más de una hora", explica. Ya en el pueblo, con la ayuda de sus vecinos, consiguió un tronco que estaba seco y le dio forma con la motosierra. Cuando ya se adivinaba a Mafalda en la madera, empezó a tallarlo poco a poco. No tardó más de un mes en tenerla lista.

Su mujer, emocionada, dudó sobre la pintura: "También me gustaba cómo estaba con el color de la madera". El vestido es rojo y los calcetines blancos, igual que la figura del Parque San Francisco. Publicaron una foto de Mafalda en Facebook, y el pueblo se llenó este fin de semana de vecinos que querían conocerla. Sólo está fuera si ellos están en casa, sino la guardan para que nadie se la lleve. No será fácil porque la Mafalda de Reconcos está bien fornida: pesa casi cincuenta kilos.