Panadería Juaky despedirá a sus 17 trabajadores al no poder mantener la actividad como consecuencia del cierre de su obrador, sobre el que pesaba una orden municipal de clausura por incumplir la normativa de ruidos. La resolución se hará efectiva el próximo 19 de abril, "lo que no nos deja otro remedio que cerrar las tiendas y mandar a la gente al paro; quizá podamos mantener dos de las seis tiendas abiertas con otros tantos puestos de trabajo, habrá que estudiarlo", indicaron los responsables de Juaky. El regidor, Jesús Sánchez, manifestó que se trata de "la decisión más triste desde que soy alcalde", motivada, según explicó, "porque los empresarios no presentaron ni un compromiso creíble" para trasladar la actividad del obrador.

El Consistorio dictó la resolución de clausura a finales del pasado año, como consecuencia de la denuncia por ruidos presentada por una vecina ante el Ayuntamiento el 15 de enero de 2016. Se inició entonces un procedimiento que, tras dos mediciones que arrojaron un resultado de 31 decibelios (el límite está en 25 más un margen de error de 5), se tradujo en la orden de clausura del obrador el 19 de diciembre, con un plazo de un mes para hacerse efectiva. Los representantes de Juaky pidieron la suspensión cautelar de la resolución municipal ante los tribunales, una solicitud que el Juzgado de lo contencioso-administrativo de número 6 de Oviedo desestimó. El auto argumentó que "ha de prevalecer el interés público" ya que "aparecen terceros afectados por el ruido ocasionado", en esta caso la vecina que denunció los hechos. Se inició entonces un infructuoso tira y afloja entre los responsables de Juaky y el Ayuntamiento para tratar de mantener la actividad, algo que no ha sido posible.

"Nos han comunicado que el 19 de abril hay que cerrar el obrador, por lo que no llegamos a tiempo para trasladar la actividad a un nuevo obrador en Llanera. La fecha que propusimos para concretar el traslado era el 21 de mayo, pero no nos han dado tiempo. Nos mandan de cabeza al cierre", esgrimieron los responsables de Juaky, con tres tiendas en La Felguera, una en Sama, otra en El Entrego y una más en Sama. "La consecuencia es que habrá que mandar a los trabajadores a la calle porque no podemos mantener las tiendas sin producción propia. Como mucho quizá podamos seguir con un par de tiendas, probablemente en La Felguera, comprando el pan a un proveedor, pero debemos estudiarlo". Los dueños de Juaky lamentaron que "nos denegaran poder hacer una nueva medición realizada por el Principado" y apuntaron que mantendrán el pleito judicial.

Por su parte, el alcalde de Langreo, Jesús Sánchez, expresó que el auto del juez es "categórico" y culpó a los propietarios por "no querer asumir sus responsabilidades" y tratar de "utilizar la justicia en su propio beneficio": "Como alcalde estoy obligado a cumplir la ley y, de hecho, la oposición ya nos había preguntado por qué no se cumplía la resolución".

Sánchez también argumentó que los responsables de Juaky dilataron el cierre sin concretar alternativas factibles: "Me llena de tristeza porque a pesar de los muchos intentos que realizamos no conseguimos arrancar ni un compromiso creíble ni un documento detallado del traslado de la actividad del obrador".